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Las tres regiones del encéfalo

Publicado por Ramón Contreras

El sistema nervioso es muy complejo. Gracias a él los animales pueden controlar el resto de los sistemas y aparatos del cuerpo y además interaccionar con el medio ambiente y generar respuestas. El sistema nervioso central es la parte que más se ha desarrollado con la evolución y es la que controla de forma coordinada y consciente todos los movimientos del cuerpo y nos permite generar respuestas meditadas. El sistema nervioso central consta de dos partes, el encéfalo y la médula espinal. A su vez el encéfalo se puede subdividir en tres partes: el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico.

Mientras que el cerebro es la parte más conocida del encéfalo por ser la más grande en humanos, en otros seres vivos puede estar menos desarrollada. En esta parte del órgano que se encuentra dentro del cráneo en los cordados es donde se interpretan las señales del exterior, pero también donde se llevan a cabo los procesos intelectuales y emocionales, la memoria o el lenguaje. Todos los animales cordados poseen un cerebro más o menos desarrollado, aquellos con un cerebro más grande en comparación con su cerebelo son aquellos que alcanzan mayor coeficiente mental y pueden sentir más emociones. El ser humano es el animal cuya proporción entre cerebro y cerebelo es mayor. De hecho, durante la evolución desde peces a mamíferos se ha ido potenciando el crecimiento del cerebro y sobretodo su región frontal que es la que interviene en los pensamientos. De esta manera, los peces tienen un cerebro más pequeño en relación a su cerebelo que las vacas, por ejemplo.

El segundo elemento del encéfalo es el cerebelo. En esta pequeña región, si la comparamos con el cerebro, es donde se llevan a cabo las señales que activarán los movimientos del cuerpo. EL cerebelo recibe señales del cerebro, las interpreta y las traduce para enviar señales al resto del cuerpo para mover el cuerpo en función de los estímulos que hemos recibido. (desde caminar hasta el tiriteo o temblor típico frente a estímulos de frío) Esta parte del cerebro es evolutivamente más antigua que el cerebro. Los animales se ocuparon primero de poder coordinar sus movimientos que de ser inteligentes. El cerebelo está muy conectado a través de haces neuronales con el cerebro y el tronco encefálico. De hecho, las lesiones en esta región no suelen causar parálisis, pues la conexión es muy potente, pero sí que pueden desencadenar problemas motores, ya sea de movilidad o de equilibrio. Los estudios realizados durante el siglo XIX en animales a los que se les lesionaba el cerebelo es lo que llevó a saber cual era la función de este órgano.

Finalmente el tronco encefálico conecta el cerebelo y el cerebro con la médula espinal. Por él tendrán que pasar todas las respuestas que se generarán en los otros dos para llegar al cuerpo. Pero no es solo una región de paso. El tronco encefálico se encargará de controlar funciones o movimientos corporales. Mientras que el cerebelo controlaba los movimientos voluntarios, el tronco encefálico controlará los movimientos involuntarios, como respirar, el latido del corazón, el movimiento de los intestinos, etc.

Estas tres regiones del sistema central actuan en constante coordinación. No solo porque para llegar al resto del cuerpo que no es la cabeza todas las señales han de pasar por el tronco, sino porque las tres funciones que hemos mencionado se han de complementar para poder sobrevivir.