Hematófagos o bebedores de sangre
Los bebedores de sangre han estado presentes en la cultura humana desde el principio de los tiempos. En la edad media se empleaban las sanguijuelas, unos grandes bebedores de sangre, para purificarla de los humores malignos, aunque la efectividad de este proceso era nula.
Los vampiros humanos surgen de la humanización de una forma de alimentación presente en la naturaleza, los hematófagos son animales que se alimentan de la sangre de otros seres vivos. Aunque todos los carnívoros son capaces de metabolizar (y obtener nutrientes) de la sangre de otros animales, los hematófagos se alimentan exclusivamente del líquido vital de otros seres vivos. Este tipo de comportamiento se considera un tipo de parasitismo externo puesto que es una relación entre dos especies diferentes en la que una de ellas saca provecho y la otra pierde, a diferencia de la depredación en la hematofagia no suele morir el hospedador o presa.
Estos animales normalmente están especializados tanto a novel digestivo como morfológico o etológico para poder llevar a cabo su alimentación. Estos animales suelen agarrarse al cuerpo de sus presas mediante garras o dientes que se clavan en la piel. Las sanguijuelas, por ejemplo, son unos anélidos principalmente de agua dulce que han desarrollado unas ventosas en la boca con las que se adhieren al cuerpo de sus presas y con unos dientes afilados hacen una herida en la piel para que empiece a fluir la sangre. Entre otras adaptaciones su saliva tiene un alto contenido en anticoagulantes para evitar que la herida pueda cerrarse mientras la sanguijuela siga alimentándose.
Otros ejemplo de hematófagos son los mosquitos, en este grupo solo las hembras son hematófagas, pues necesitan mucha energía para la producción de los huevos. Ellas introducen sus largas bocas atravesando la epidermis para chupar la sangre directamente de los vasos sanguíneos de los animales. Otros insectos como garrapatas, chinches, pulgas, piojos o zancudos se alimentan de sangre, en estos casos ambos sexos de la especie. Siendo algunos de ellos generalistas a la hora de elegir sus hospedadores y otros muy selectivos, como las ladillas. En otros grupos de seres vivos encontramos la tenia (un tipo de gusanos planos) o la lamprea (un tipo de pez agnato) que consumen también sangre.
Entre los vertebrados los murciélagos son los hematófagos más conocidos. Aunque muchas especies de murciélagos comen tan solo fruta, algunas especies de regiones donde no hay fruta han optado por una dieta carnívora hematófaga. Las 3 especies que se alimentan de sangre son originarias del continente americano y se encuentran desde México hasta Argentina. Si su presa tiene pelo el vampiro rasura con los dientes la zona donde va a alimentarse antes de realizar una pequeña herida de 5 mm de diámetro y de profundidad intentando no cortar ninguna vena o arteria. Tras realizar la herida inyecta un poco de saliva para evitar que se cierre la herida, puesto que los murciélagos cuentan con compuestos anticoagulantes en su saliva. Los vampiros toman uso 20 gramos de sangre al día o el 60% de su peso. Su sistema digestivo es capaz de absorber muy rápidamente el agua de la sangre para permitirle seguir bebiendo.