Angiogénesis
La angiogénesis es el proceso mediante el cual se forman vasos sanguíneos nuevos a partir de los ya existentes. Mediante la ramificación de vasos sanguinos que ya están presentes y debido al aumento en la demanda de nutrientes y oxígeno de un órganos puede darse la formación de nuevos vasos sanguíneos. Este proceso es normal en la vida de los seres vivos con sistema circulatorio. En primer lugar ocurre cuando se forma el organismo, durante la embriogénesis, cuando se forman todos los órganos. En segundo lugar durante el crecimiento se van formando nuevos vasos a medida que el organismo crece en tamaño y debe seguir irrigado. Finalmente, la angiogénesis es un proceso que ocurre de forma natural durante los eventos de cicatrización. Cuando ocurre una herida la cicatrización tiene que volver a conectar ambos lados de la herida y comunicarlos, de nuevo, con vasos sanguíneos. La angiogénesis también se ha observado en el crecimiento de tumores. En este caso la formación de vasos sanguíneos generados para satisfacer las demandas de las células tumorales que crecen desmesuradamente es un proceso que contribuye a la dispersión de las células cancerígenas y por lo tanto a la malignidad del tumor. La angiogénesis se caracteriza por ser un proceso rápido y que ocurre a partir de un tejido diferenciado.
Durante la formación del embrión se forma un sistema vascular primitivo que irá extendiéndose a medida que el embrión evoluciona y deja de poder satisfacer sus necesidades nutricionales por difusión. Las células que se encargan de la generación del nuevo tejido se denominan angioblastos y su origen es la capa mesodérmida. En el vitelo, fuera del embrión también se forman vasos sanguíneos formando pequeñas islas que al ir creciendo se conectaran. Se puede observar sobre la cuarta semana en humanos.
Durante los procesos de cicatrización la angiogénesis es fundamental para que otros tipos celulares lleguen al lugar. Las células endoteliales indiferenciadas son atraídas a las zonas de heridas por varias señales entre las que destacan la fibronectina (una glicoproteína de la matriz extracelular, que solo está en contacto con la sangre cuando hay una herida) y la apoxia (la falta de oxigeno en los tejidos). Gracias a estos nuevos vasos sanguíneos los macrófagos pueden llegar con facilidad a la herida y las otras condiciones fisiológicas cambian (suben los niveles de oxígenos y bajan los de ácido láctico). Cuando la herida está curada, aquellos vasos que ya no son necesarios mueren por apoptosis.
Para que un tumor sea maligno sus células tienen que ser capaces de migrar a otros tejidos. Lee más sobre los tumores en su artículo aquí. Esto es más sencillo si se ha generado una red de capilares a su alrededor. Puedes leer más sobre la metástasis en su propio artículo. De forma similar que cuando se cicatriza, los tumores envían las mismas señales de apoxia o la concentración de ácido láctico para atraer a las células formadoras de vasos sanguíneos. Debido a esto existen muchos estudios sobre la angiogénesis y los medicamentos antiangiogénicos para evitar la difusión y crecimiento de tumores. Las células tumorales normalmente tienen problemas en la diferenciación y un genoma muy inestable. Por el contrario las células de los vasos generados son sanas y un blanco mejor para la terapia contra el cáncer.