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Variabilidad genética, reservorio genético y genocentro

Publicado por Ramón Contreras

En biología, cuando cruzamos los campos de la ecología, la genética y la evolución se conoce como genocentro el lugar donde aparece (o donde apareció) una especie nueva. Independientemente del origen de la nueva especie, ya sea por especiación alopátrica o simpatrida, las especies nuevas se han de generar en algún punto. Ese lugar, territorio o área se denomina genocentro y generalmente es allí donde se encuentra la mayor diversidad de la especie. Esto es debido a que en ese lugar la especie está formándose y probando las nuevas modificaciones de la especie, mientras que en otras regiones la fundación de nuevas poblaciones se hace a partir de un pequeño acervo genético, que es el que llevan los individuos que se desplazan del genocentro o incluso desde otra población.

Dentro del área en la que vive una especie existen zonas en las que la especie tendrá una mayor eficiencia y zonas donde las condiciones serán más adversas para ella. En general el genocentro es una zona de alta eficiencia biológica puesto que la especie está específicamente adaptada a esas condiciones. Sin embargo, esto no evita que al ser trasladada a otra área la especie no se adapte igual de bien e incluso tenga un éxito desmesurado (como pasa con las especies invasoras) debido a la falta de competencia en su nuevo entorno.

La importancia de los genocentros radica en su alta variabilidad genética. Normalmente estas regiones son reservorios genéticos. Esto es importante sobre todo para las especies que han sido domesticadas. Las especies domesticadas han sido seleccionadas de forma tradicional, durante cientos de años para obtener unas características concretas, más altas, más frutos, más grandes etc. Sin embargo, la selección tradicional ha pasado por alto que estos procesos han reducido drásticamente la variabilidad genética de las variedades cultivadas y por lo tanto las ha hecho más vulnerables a los ataques de algunos patógenos y ha impedido que estas variedades evolucionasen para defenderse de las plagas. Por ejemplo, la mayoría de los plátanos que se consumen en el mundo vienen de plantas clónicas (cuyo ADN es exactamente igual), este tipo de cultivos tienen ventajas, como la homogeneidad de los frutos o los árboles, sin embargo, deja casi indefensos a los individuos frente los ataques de parásitos, pues una vez adaptado a infectar a un individuo puede infectar a todos.

Es en los genocentros donde en la actualidad se buscan las variantes de las especies cultivadas que sean más resistentes a las plagas modernas para generar variedades híbridas o buscar los genes que confieren resistencia a las variedades silvestres para, mediante técnicas modernas de modificación genética, introducirlo en las variedades cultivadas.

Los orígenes de muchos alimentos modernos se encuentran en América del Sur y Asia. Es en los lugares de origen donde hay que mantener la diversidad de las especies como banco de variabilidad genética al que se podrá recurrir en caso de necesidad para mejorar las especies cultivadas. Especial mención a los genocentros peruanos, donde se conservan 900 variedades de papa o algunas decenas de variedades de otras especies como la quinoa o el maíz.