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Sucesión ecológica: teoría clásica y teoría de la complejidad

Publicado por Victoria González

La sucesión es el proceso de sustitución de unas agrupaciones vegetales por otras, en un mismo lugar, a lo largo del tiempo. Según la teoría clásica que postuló Clemens en 1916, es un proceso determinista, que se da de modo convergente a partir de estados iniciales diversos, llegando a estados finales análogos que solo dependen del clima general y, en algún caso, de la geología. El resultado es, por tanto, predecible. Desde este punto de vista, la consecuencia es la consideración de que la vegetación conforma series concretas constituidas por un conjunto determinado de etapas.

Etapas de la sucesión según las teorías clásicas:

– Fase de activación: tras una perturbación, se libera un nuevo espacio disponible.

– Fase de edificación: colonización y establecimiento.

– Fase de estabilización: complejidad progresiva de la comunidad.

Esta teoría fue un dogma durante muchos años. Después, los ecólogos empiezan a hablar de lo contrario: la teoría de Gleason indica que no existen comunidades predecibles, porque cada individuo evoluciona de forma individual, y posteriormente se organizan las comunidades. Hoy en día se habla de un equilibrio entre estas dos teorías extremas: si las condiciones ambientales son estables, la teoría de Clemens puede ser cierta y la evolución de la vegetación se produce en secuencias parecidas y predecibles. Pero si las condiciones son cambiantes, es más difícil predecir la evolución del colectivo.

Teoría de la complejidad:

1. Los sistemas complejos están formados por unidades complejas.

2. Las propiedades de un sistema complejo no se explican solo mediante suma de las partes, sino que se dan propiedades emergentes.

3. Esas propiedades emergentes derivan de las interacciones entre las partes del sistema.

4. Las interacciones entre las partes varían en función de cualquier tipo de cambio (ambiental, taxonómico) dando lugar a resultados diferentes. La sucesión no está determinada.

En suma, la sucesión no es necesariamente predecible, y en los momentos de cambio o alteración drástica de las condiciones, la serie puede no ser la habitual. Cabría diferenciar básicamente dos situaciones de partida:

– La sucesión se produce en un medio natural o seminatural.

– La sucesión se produce en un medio fuertemente antropizado.

Las condiciones ambientales van a determinar mucho la sucesión, y por esto es muy diferente lo que ocurre en países templados o tropicales que lo que sucede en el mediterráneo, que es un medio fuertemente antropizado. Se dan, por ejemplo, procesos de facilitación, y las propias especies cambian las condiciones ambientales.

Es necesario realizar estudios experimentales que aborden, no solo la flora y vegetación, sino también la fauna y el suelo (por ejemplo, la presencia de herbívoros altera la sucesión de la vegetación).