Evolución de las muelas del juicio
Las muelas del juicio, también conocidas como terceros molares, son los últimos molares en desarrollarse en la boca. Por lo general, aparecen entre los 17 y 25 años de edad, aunque en algunos casos pueden no salir o erupcionar de manera incompleta. Estas muelas pueden causar problemas debido a que algunas personas no tienen suficiente espacio en la mandíbula para que las muelas del juicio crezcan correctamente. Esto puede resultar en dolor, hinchazón, infecciones y otros síntomas. En algunos casos, es necesario extraer las muelas del juicio para prevenir complicaciones futuras. Cuando esto pasa la recomendación es extraerlas para aliviar el dolor, pero sobretodo para que no se deforme la dentadura. La extracción de las muelas del juicio es un procedimiento común realizado por dentistas u oral y maxilofaciales. Se realiza bajo anestesia local o general, dependiendo del caso. Después de la extracción, es posible que se experimente algo de incomodidad y hinchazón, pero esto generalmente desaparece en unos días. La recomendación de extracción solo debería darse cuando hay un problema manifiesto para la persona y su boca, como infecciones recurrentes, dolor severo o malformación de la dentadura.
Las muelas del juicio es un rasgo evolutivo que se cree en vías de desaparición. Este último molar tenía sentido en las poblaciones de homínidos que masticaban durante horas para romper las cáscaras de semillas y romper las fibras de la carne. Como ejemplo, mientras que los gorilas mastican una media de 6 horas al día, los humanos modernos tan solo una. Esta disminución en la masticación nos ha llevado a simplificar nuestra dentición. Evolutivamente diferentes poblaciones de humanos tienen estas muelas con mayor o menor frecuencia. A esto influyen por un lado los factores genéticos (los genes MSX1 y PAX9, y sus mutaciones, se han relacionado con la génesis de estos dientes y el desarrollo craneofacial en general) y por el otro factores dietéticos, con las dietas tradicionales de cada región. La alimentación con alimentos procesados en pequeños trozos, muy cortados y blandos se asocia a una dentición más pequeña y en ocasiones no tan bien alineada.
En la actualidad un 10% de la población mundial de humanos no llega a desarrollar nunca las muelas del juicio (la ausencia de tercer molar se denomina agénesis) y la cifra aumenta hasta el 25% cuando incluimos las personas que nunca llegan a desarrollar al menos uno de estos dientes. Esta condición es más frecuente en mujeres que en hombres. Pero los números se ponen peligrosos cuando vemos a cuanta gente no le salen bien las muelas (y necesitan intervención quirúrgica), llegando hasta el 72% cuando hablamos de los cordales inferiores, que son los que presentan más dificultad en salir, en comparación con los superiores que solo atribulan a un 45% de la población.
Pero su aparición tiene una parte genética importante. Mientras que tan solo el 1% de las poblaciones indígenas mejicanas presenta muelas del juicio, los pobladores nativos de Tasmania presentan estos dientes en un 99,8%. Las dietas tradicionales de uno y otro lado, grano molido comida procesada o al menos cocinada, puede haber influido en estos rasgos en las diferentes culturas.