Aparición de la vida sobre la Tierra
Desde el experimento de Pasteur, la Paleontología ha evolucionado, permitiéndonos conocer datos con los que, hoy en día, es posible aventurar que los primeros seres vivos —células muy rudimentarias— aparecieron sobre la Tierra hace unos 3 500 millones de años, o incluso antes. ¿Cómo y cuándo, exactamente, se produjo este hecho?
Para entender de qué estamos hablando, incluso para entender los conceptos evolutivos, es imprescindible entender el concepto de la magnitud del tiempo geológico. En Paleontología hablamos de tiempo geológico. El el mismo tiempo en el que hablamos, nos relacionamos vivimos y morimos, pero en tales cantidades (millones de años) tendremos que hacer grandes esfuerzos para hacernos una idea de qué estamos hablando.
A veces esperar al autobús o en la cola de un parque de atracciones nos parece una eternidad. ¿Cómo consideramos, entonces, 3000 o 4000 millones de años?
Si representásemos los 4600 m.a. de la historia de la Tierra en un año, los primeros vertebrados aparecerían a finales de noviembre y el ser humano, el 31 de diciembre.
En periodos de tiempo ten largos pueden haber sucedido muchas cosas, que a lo largo de una vida humana nos pareen imposibles. Si entendemos que hablamos de un tiempo que es, para nuestra escala, una enormidad, podremos comprender que los procesos de los que aquí hablamos tuvieron realmente oportunidad de suceder.
Aparición de la vida en la Tierra.
Aparecen, por tanto, nuevos interrogantes, como cuándo, cómo y en qué condiciones surgieron los primeros organismos.
Debemos diferenciar, entonces, dos capítulos en la aparición de la vida sobre la Tierra:
• Origen prebiótico. Se trata de las primeras fases, aquellas en las que la evolución química de la materia inerte dio paso al primer organismo vivo.
• Origen biológico. Comprende el lapso de tiempo en el que las primeras células pudieron reproducirse y dar origen a otras.
Realizar esta diferenciación es fundamental. Son dos procesos bien distintos y que requieren explicaciones diferentes.
Los científicos conocen bien algunos de estos pasos, pero sólo suponen el resto. Las teorías de Oparín y los experimentos de Stanley Miller nos han dado pruebas de que es posible que un conjunto de moléculas absolutamente inertes, inorgánicas, se transformen en moléculas orgánicas sencillas: aminoácidos e incluso bases nitrogenadas. Estas deben reunirse para formar moléculas orgánicas complejas, de las cuales estamos hechos los seres vivos. Esto ya no está tan claro. No tenemos experiencias que prueben claramente este proceso, aunque la razón nos haga ver los pasos sucesivos de forma evidente. Por desgracia hasta el momento sólo tenemos hipótesis no confirmadas.
Mucho más difícil es el salto de esa mezcla de moléculas hasta la primera célula. De nuevo entramos en el mundo de la especulación más o menos fundada.
De ahí en adelante es todo más sencillo. Es mucho más simple de explicar el hecho evolutivo que llevó a las bacterias a convertirse en seres humanos, que la formación de las primeras bacterias.
Pero iremos desarrollando todo esto en sucesivos artículos.