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Evolución social de las avispas: Gregarias

Publicado por Ramón Contreras

Las avispas sociales representan un pequeño porcentaje del número total de especies que forman el grupo avispas. Su número ronda las mil especies en comparación con las más de 75.000 especies no sociales. Sin embargo las especies gregarias son aquellas de aparición más moderna, por lo que se puede suponer que la aparición de sociedades es un carácter evolutivo moderno. Puedes leer más sobre las avispas solitarias y colaboracionistas en nuestro artículo aquí .

Las colonias de avispas surgen cada primavera a partir de una hembra embarazada que ha pasado el inverno hibernando. Ésta forma un pequeño nido y pone los huevos para las primeras obreras que se encargarán de agrandar el nido. Al llegar el otoño la colmena puede llegar hasta varios millares de individuos. Todas mueren y solo sobreviven las jóvenes reinas fecundadas.

Vespula germanica, otro miembro del moderno género Vespula, en el que todas las especies son sociales.

Vespula germanica, otro miembro del moderno género Vespula, en el que todas las especies son sociales.

Las sociedades se basan en la división del trabajo. En una colmena cada casta social tiene una función y unas obligaciones, dependiendo de las otras para sobrevivir. Esta especialización lleva muchas veces a crear diferencias morfológicas, no presentes en las solitarias. Como ya se ha comentado algunas especies de avispas colaboracionistas retrasan su maduración sexual. De este modo mientras las hembras son estériles ayudan a su madre, de un modo muy parecido a como lo harían las obreras.

Veamos un ejemplo considerado como una de las primeras sociedades de avispas. La especie Ropalidia cyathiformis forma colonias de entre 15 y 20 individuos, más grandes que las colonias que formaban las colaboracionistas, pero todavía pequeñas en comparación con las formadas por las avispas gregarias. Estas avispas tienen varias hembras fértiles que pondrán huevos mientras que las demás se dedicarán a la recolección, esperando su turno hasta que una de las dominantes muera, para madurar sexualmente y ocupar su lugar. Estas avispas son muy agresivas entre sí y disputan por pertenecer a la “realeza” que suele estar muy relacionada con la edad de las avispas.

Dentro del mismo género encontramos R. marginata, mucho más “civilizada”. Estas avispas no pelean sino que al alcanzar la maduración sexual desprenden feromonas que apaciguan a las demás y retrasan su maduración sexual, de este modo la transición se realiza cuando una avispa reina perece y deja la oportunidad a otra. Pero en estas colonias si se elimina artificialmente las feromonas de la reina esta puede ser destituida con violencia por sus obreras. En ese momento habrá un tiempo de violencia hasta que una obrera madure sexualmente y genere suficiente feromona. Las primeras avispas realmente sociales todavía no presentan diferencias físicas entre la reina y las obreras. Sin embargo hay diferencias fisiológicas como que estas últimas son siempre estériles. En la especie Polites gallicus es el órgano de Van der Vecht el encargado de secretar feromonas de reconocimiento entre individuos de la misma colonia y de mantener a las obreras estériles.

Finalmente las avispas sociales verdaderas, como Vespula rufa o V. vulgaris, presentan diferencias morfológicas entre las castas, sus nidos comprenden más de 100 individuos y existe una repartición de las tareas. En estos nidos tan solo un porcentaje muy bajo de obreras tendrán los ovarios funcionales, menor del 10%.

Las especies sociales presentan un problema para la biología evolutiva. Puesto que ¿porqué trabajar para la reina y no poner tus propios huevos? El debate es muy extenso desde Darwin hasta la actualidad. Pero paree ser que las hembras estériles solo tienen la posibilidad de perpetuar sus genes a través de la reina, su madre.