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Protocolo de Montreal

Publicado por Ramón Contreras

Este pasado 16 de septiembre ha sido el 30 aniversario de Protocolo de Montreal, incluido dentro de la convención de Viena para la protección de la capa de ozono. Aunque se concibió en 1987 técnicamente entró en vigor en 1989, desde entonces se han mantenido reuniones con una periodicidad variable para revisar el documento y corregir sus objetivos y medios para alcanzarlos. El objetivo del tratado es la recuperación de la capa de ozono, el cierre del agujero que se encuentra sobre el polo norte. Se estima que si los países firmantes del tratado lo cumpliesen para el año 2050 la capa de ozono del agujero estaría recuperada. El Protocolo de Montreal fue uno de los primeros hotos de cooperación internacional, en el que se incluyen un número elevadísimo e países, entre ellos se encuentran todos los países miembros de las naciones unidas, la unión europea, micronesia y algunos países americanos. El objetivo era dejar de usar gases que pudieran afectar a la regeneración de la capa de ozono para 2010.

Con el objetivo en mente de permitir la regeneración de la capa de ozono los países firmantes se comprometían a disminuir la emisión de gases CFC, clorofluorocarbonos, que se cree que son los principales causantes de la conversión del ozono, O3, en O2+O. si se considera que el CO2 es un gas de efecto invernadero y se le atribuye un valor arbitral de 1 para este efecto, los CFC tendrían un valor de 10.000 veces mayor en la desestabilización de la capa de ozono. Para evitar la producción de CFC y su consumo se creó un plan de acción en el que los CFC se fueran eliminando de las industrial de los países, permitiendo un nivel básico durante los primeros años, hasta 2005 y que los niveles debían ir disminuyendo paulatinamente a medida que pasase el tiempo, de forma que para 2007 las emisiones fueran tan solo hasta el 50% de lo estipulado para los años anteriores y en 2010 disminuyeran hasta el 15% solamente.

En 1996 se empezó el programa de eliminación de los HCF, los hidrofluorocarburos, que sí bien son menos activos que los CFC se comprobó que también afectaban a la capa de ozono. Aún así, los HFC se utilizaron como paso intermedio en la eliminación de los compuestos CFC de la industria. Aunque se han disminuido las emisiones de CFC en los países desarrollados, se han cambiado en gran medida por HFCs, por lo que el efecto en la recuperación de la capa de ozono ha sido moderado. Sin embargo, las expectativas son buenas. La ratificación de un número tan elevado de países ha hecho que los estudios llevados a cabo por la NASA en 2001 y otros estudios independientes de 2006 muestren que la recuperación, aunque lenta, está ahí. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los países concienciados es a la búsqueda de alternativas rentables a estos compuestos, puesto que su uso en industria estaba muy extendido, pues se empleaban como refrigerantes, disolventes, propelentes, lubricantes o hidrófobos de proporciones industriales. Por suerte la mayoría de estos usos fueron prohibidos tras el Protocolo de Montreal.