Lignificación del paisaje y gestión forestal
En un mundo asaltado por el cambio climático, por la usurpación de los hábitats naturales por el ser humano y la destrucción de ecosistemas existe además la problemática asociada al abandono de los medios rurales. Desde la edad neolítica el ser humano ha estado haciendo retroceder los bosques. En la actualidad, por primera vez están recuperando su lugar en algunas regiones. En aquellos sitios donde la emigración a las ciudades ha dejado los campos despoblados vuelve a tomar el terreno perdido el bosque y el arbusto. A este fenómeno se le conoce como lignificación del paisaje. Lugares que antes eran campos y pastizales vuelven poco a poco a convertirse en el bosque natural que deberían ser. Sin embargo, y a pesar de que esto es bueno, entraña sus propios problemas.
Uno de los problemas principales es que estas regiones están recuperándose, pero siguen influenciadas por la presencia humana. El ejemplo más claro de esto son los incendios que se producen en estas regiones. Leña abandonada, zonas descontroladas y sin vigilancia, son el sitio perfecto durante el verano para que se inicien los incendios más virulentos. Además, estas áreas tradicionalmente sin incendios, puesto que no contaban con tanta vegetación suelen no estar preparadas, en términos humanos, para poder extinguir los incendios sin riesgo para la salud de las personas que todavía habitan cerca de ellos. En estas zonas nuevas se hace todavía más necesaria si cabe la gestión forestal. La sequía producida por el cambio climático puede agravar este problema.
La concentración de población en las ciudades tiene un problema asociado, la pérdida de cultura rural de la población. Con esta incultura llega la creencia idílica de que los ecosistemas o los bosques en concreto no necesitan intervención humana. Pues resulta que si queremos disfrutar de ellos, con excursiones, viajes y zonas de recreo es más que necesaria una buena gestión forestal. Ya ha pasado el tiempo en el que la basura podía tirarse en el campo puesto que pocas cosas se van a degradar antes de que lleguen otros excursionistas. Si bien los bosques vírgenes todavía existen en el mundo, la mayoría han sido hollados por las botas. Y muchos han sido eliminados para crear campos de cultivo o aprovecharlos de alguna manera. Cuando se dejan de usar el bosque vuelve poco a poco a su lugar, pero las regiones urbanas ya han crecido a su alrededor y un incendio durante un periodo de sequía puede ser fatal.
La lignificación del paisaje es un acontecimiento positivo en cuanto a la re-naturalización del ecosistema. El aumento de biodiversidad o mejor dicho la vuelta de la biodiversidad es prometedora, pero no hay que olvidar que los bosques, sobretodo en regiones abandonadas han de gestionarse correctamente para evitar problemas. Como siempre, la concienciación ciudadana ha de jugar un papel fundamental, no solo para que sepamos como transitar por los bosques y selvas que nos rodean, sino también para recordar como se obtienen recursos de ellos de forma sostenible, puesto que los bosques pueden volver a ofrecernos sus ventajas, hay que cuidarlos para que sigan aumentando su superficie en el mundo.