La importancia de la hipótesis de Gaia en ecología, la aportación de James Lovelock al mundo
La hipótesis de Gaia (diosa griega de la tierra) enuncia que el planeta funciona como un único ecosistema que se autorregula. Especialmente los seres vivos, la biosfera, tienen un valor importante en la regulación de las condiciones del planeta para mantener un equilibrio que permite la vida, especialmente de la temperatura planetaria y de la composición química. La hipótesis surgida en 1965 fue aceptada como parte del pensamiento New age de la época y llevado a pensar que la Tierra se comportaba como un ser vivo en su conjunto. Esta hipótesis sería la que diera luego pie a Pandora, el planeta de la aclamada película Avatar.
El creador de esta hipótesis que sirve para entender como los seres vivos interaccionan con el entorno fue enunciada por el Dr. James Lovelock, fallecido a la edad de 103 años el día de su cumpleaños (26 de julio y que con esta entrada le damos el sentido pésame al mundo tras la pérdida de una mente tan brillante). El Dr. Lovelock, un eminente químico, fue llamado por la NASA para estudiar la composición atmosférica de Marte en 1965 y la viabilidad de la vida en el planeta vecino. Fue durante sus observaciones que comparó la Tierra con el planeta Rojo y entendió que la Tierra tenía algo muy especial, la vida. Ambos planetas se encuentran muy cercanos y sin embargo sus condiciones atmosféricas son muy diferentes. Lovelock llegó a la conclusión que era precisamente la vida la que había moldeado el planeta Tierra a lo largo de los milenios y que por lo tanto debía incluirse dentro de las dinámicas térmicas, hídricas y atmosféricas.
En la actualidad se sigue estudiando cómo los seres vivos alteramos los ecosistemas y formamos parte de los ciclos de los elementos, no solo del oxígeno y del carbono, sino también los ciclos del nitrógeno o del potasio. Curiosamente los seres vivos intervenimos en los ciclos naturales de 4 de los 5 elementos fundamentales que nos forman CHONP, carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y fósforo, el quinto es el hidrógeno que interviene en todos ellos.
La segunda ley de la termodinámica todo sistema tiende a la máxima entropía. Siguiendo ese principio y los cálculos del Dr. Lovelock la Tierra tendría que tener una atmósfera formada en un 99% de CO2, debido a las reacciones químicas del sistema. Sin embargo, el CO2 solo alcanza el 0,03% de la composición atmosférica. El gas mayoritario es el nitrógeno con un 78% y el segundo el oxígeno con un 21% y el resto son otros gases entre los que encontramos el hidrógeno. Según la hipótesis de Gaia esta distribución anómala se debe a la presencia de seres vivos que han alterado la composición de la atmósfera. Las plantas han usado el CO2 para la fotosíntesis y han liberado oxígeno a la atmósfera principalmente.
Antes de la hipótesis de Gaia se creía que la Tierra tenía las condiciones que tenía y que los seres vivos simplemente nos habíamos adaptado a vivir en esas condiciones. Tras las observaciones del planeta vecino Lovelock pudo ver que los seres vivos tenemos un papel activo en la conformación de nuestro planeta y que por lo tanto tenemos una responsabilidad para mantenerlo. Finalmente mencionar que la hipótesis de Lovelock fue muy apoyada por la Dra. Margulis, creadora de la teoría endosimbionte y otro de los grandes referentes de la biología del siglo XX.