Depredadores
La depredación es el consumo de un organismo, llamado presa, por parte de otro que se denomina depredador, estando viva la presa cuando el depredador la ataca por primera vez. A nivel funcional se distinguen los siguientes tipos de depredadores:
– Depredadores verdaderos o carnívoros: el depredador ataca y mata a sus presas de forma más o menos inmediata. Este tipo de depredación es el más común y se puede observar en la mayoría de los ecosistemas. Los depredadores verdaderos, como los leones, lobos y tiburones, juegan un papel crucial en el control de las poblaciones de sus presas y en la estructura de las comunidades ecológicas.
– Herbívoros: se alimentan de plantas verdes o de sus semillas o frutos. Generalmente no matan a la planta pero esta sufre daños en diverso grado. Algunos herbívoros, como los elefantes o los ciervos, pueden tener un impacto significativo en su entorno, modificando la vegetación y afectando a otras especies.
– Parasitoides: insectos cuyas hembras ponen los huevos en, sobre o cerca de otros insectos a los cuales terminan devorando sus larvas. Cerca del 10 por ciento de los depredadores son de este tipo. Los parasitoides, como las avispas, juegan un papel importante en el control de plagas de insectos.
– Parásitos: desde bacterias y protozoos hasta hongos y plantas. Dependen de un hospedador para su alimentación. Sus ataques son típicamente nocivos, pero rara vez son letales. Los parásitos pueden tener un impacto significativo en la salud y supervivencia de sus hospedadores.
– Caníbales: atacan y matan a los de su misma especie. El canibalismo puede ser una estrategia efectiva en ciertas circunstancias, como cuando el alimento es escaso o cuando ayuda a eliminar a la competencia.
Según la amplitud de las dietas, se distinguen tres tipos de depredadores:
– Monófagos: un tipo de presa. Los depredadores monófagos, como el koala que se alimenta casi exclusivamente de hojas de eucalipto, pueden ser muy vulnerables a los cambios en la disponibilidad de su presa.
– Olífagos: pocos tipos de presa. Junto a los monófagos, se les denomina depredadores especialistas. Estos depredadores, como el panda que se alimenta principalmente de bambú, tienen una dieta más variada pero aún así dependen en gran medida de un número limitado de presas.
– Polífagos: tienen gran variedad de presas, y se les denomina generalistas. Aunque tengan varias presas, pueden tener preferencias por alguna en concreto. Los depredadores generalistas, como los osos o los zorros, pueden adaptarse a una amplia gama de alimentos y son menos susceptibles a los cambios en la disponibilidad de presas.
Un animal tiene predilección por un tipo de alimento cuando el porcentaje de éste en la dieta del animal es mayor que el porcentaje de dicha presa en el ambiente en el que habita. Hay dos tipos de preferencias:
– Cualitativas: los organismos discriminan los alimentos más valiosos desde el punto de vista energético entre los elementos disponibles. Sobre todo entre carnívoros, parásitos y parasitoides, ya que sus presas por lo general les aportan toda la energía y nutrición que necesitan.
– Equilibradas: seleccionan los alimentos que brindan una parte integral de una dieta de tipo mixta y equilibrada. Sobre todo se da en herbívoros. Los tejidos vegetales presentan una relación carbono/nutrientes mucho más elevada que los animales, y como consecuencia son alimentos muy ricos en energía pero pobres en nutrientes.
La permutación es el cambio en las preferencias de la dieta, es decir, los alimentos son ingeridos desproporcionadamente cuando abundan, y son ignorados desproporcionadamente cuando son raros. Esto se produce fundamentalmente en las siguientes situaciones:
– Cuando las presas están localizadas en microhábitats distintos, de forma que los depredadores se sitúan en el más provechoso.
– En procesos de aprendizaje mediante los cuales hay un aumento en la eficiencia del depredador en relación a un tipo de presa determinada. Esta mayor eficiencia puede darse tanto en la búsqueda como en la captura y manipulación de presas.
Por otro lado, cuando se produce un incremento en la población de presas, los depredadores responden de dos formas:
– Numéricas: implican un aumento en las poblaciones de depredadores, ya sea por aumento en la natalidad o por inmigración.
– Funcionales: implican un aumento en la tasa de consumo por parte del depredador.
Además, es importante destacar que los depredadores también pueden tener un impacto indirecto en las presas a través de lo que se conoce como efecto de depredación no letal. Esto se refiere a los cambios en el comportamiento, fisiología o morfología de las presas en respuesta a la presencia de depredadores, que pueden afectar su supervivencia y reproducción. Por ejemplo, las presas pueden reducir su actividad de alimentación o cambiar su uso del hábitat para evitar a los depredadores, lo cual puede tener consecuencias en su condición física y capacidad reproductiva.