El estornino como especie invasora
El estornino pinto o común (cuyo nombre científico es Sturnus vulgaris), es una de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo. Desde finales del siglo XIX cuando se introdujo en diferentes confinas del mundo la especie se ha diseminado causando graves problemas. De hecho, incluso en su distribución tradicional se la considera a veces una plaga por los desperfectos en el mobiliario que producen sus grandes bandadas. Puedes leer más sobre la especie en el artículo que le dedicamos aquí (próximamente). Actualmente se encuentra en todos los contienentes excepto en la Antártida.
Dicen que el estornino fue introducido en Estados Unidos 1890 como parte de un proyecto para introducir las 600 especies de pájaros que aparecen en las obras de W. Shakespeare. Más allá de la veracidad de esa afirmación, también estaba enmarcado un proyecto de introducción de flora y fauna europea en América por motivos económicos y agrícolas. En principio el estornino fue introducido para luchar contra plagas de insectos que afectaban a los cultivos. Pero pronto la introducción de una especie nueva empezó un desequilibrio del sistema natural. A finales del siglo XIX no se conocían como ahora los peligros de la introducción de nuevas especies. En la actualidad se intentan eliminar, aunque las labores de contención de su propagación por América del norte y del sur han sido infructuosas. Incluso en esta situación las autoridades de EE. UU. reconocen que a pesar de ser una plaga son una medida de contención eficaz contra plagas de insectos. En el país norteamericano existe una ley que protege a los pájaros migratorios. Los estorninos a pesar de ser migratorios están excluidos de esta protección. Desde allí se ha extendido hasta llegar al Caribe y América Central donde su aclimatación parece no ser tan efectiva y por lo tanto su presencia no tan nociva.
En Argentina se introdujo de forma natural a finales del siglo XX desde Venezuela donde se cree que se liberaron 5 individuos que genéticamente provendrían de la población inglesa. En la actualidad si bien sus poblaciones no son inmensas se le considera una plaga en el Cono sur del continente. Aunque hace tan solo 30 años que se vieron por primera vez las poblaciones en Argentina se calcula que su área de distribución aumenta a casi 8 km por año.
Por el contrario, en Australia las intensas labores de eliminación parecen haber evitado el desequilibrio de su frágil ecosistema. Donde desde 1895 está prohibido introducir estorninos, ya que de forma tradicional pueden tenerse como animal de compañía. En la actualidad han colonizado muchas islas pero sus poblaciones se mantienen bajo control constante. Un caso similar es de Nueva Zelanda, donde también se introdujeron para luchar contra las plagas de insectos y ha colonizado numerosas islas poniendo en peligro los ecosistemas locales. Desde aquí parece haber colonizado también la Polinesia.
Más o menos como en América y Oceanía, allá por el 1897, se introdujo el estornino en Sudáfrica. Allí como las poblaciones caribeñas, su diseminación ha sido más lenta y si bien pueden suponer una competencia con las especies autoctonas, se considera que la pérdida de hábitat natural es una causa de preocupación mayor para dichas especies.