Ciclo del agua en la Luna
El ciclo del agua en la Tierra es muy conocido y lo estudian todos los jóvenes durante su periodo escolar. Más o menos podría resumirse así: El agua de los mares se evapora, forma las nubes, cae en forma de precipitación (tiene un recorrido por la parte terrestre del planeta) y vuelve al mar, donde empezará de nuevo el ciclo. Después tenemos el agua congelada en los polos y otras regiones del mundo y el agua subterránea, pero todos entendemos que el agua del planeta realiza ciclos entre un sitio y otro. Sin embargo, los ciclos de agua en la luna no son tan conocidos. Para empezar la existencia de agua en nuestro astro satélite no es tan reciente. Con las nuevas misiones a la Luna, especialmente la misión china Chang’e 5 se han publicado datos nuevos sobre estos ciclos misteriosos.
La existencia de agua lunar es conocida desde la década de 1990, cuando varias misiones (satélite Clementine o la sonda Lunar Prospector) encontraron agua los cráteres más fríos. En 2008 la sonda Chandrayaan-1 de la India, confirmó la presencia de agua que habían anunciado las misiones americanas, había agua en los polos lunares en zonas no iluminadas. Otros experimento realizados por la NASA este 2023, con un telescopio instalado en un Boeing 747 modificado para volar por encima de la atmósfera de la Tierra, revelaron que la cantidad de agua que había en la Luna era muy superior a lo que se creía hasta ahora. Parece ser que las zonas sombrías con bajas temperaturas (-163 °C) podrían ayudar a retener el agua en al menos en 40.000 kilómetros cuadrados de su superficie (algo más del 0,10% de su superficie). Es cierto, este dato parece muy bajo, y de hecho, para ponerlo en perspectiva, en el desierto del Sahara hay unas 100 veces más cantidad de agua que en los sitios donde detectamos agua en la Luna. Pero en términos geológicos es un gran dato teniendo en cuenta que la luna apenas tiene una atmósfera que pueda retener el agua.
Volviendo al ciclo del agua lunar, Chang’e 5 ha vuelto con muestras lunares y en ellas se ha encontrado agua atrapada dentro de estructuras de vidrio molecular. La hipótesis que proponen los investigadores es que esta agua atrapada en formaciones cristalinas minerales proviene del impacto de meteoritos en la superficie lunar y donde luego tuvo lugar la reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno.
De esta manera, el ciclo del agua lunar sería: un meteorito impacta en la superficie, el material se vaporiza debido a la fuerza del impacto, el enfriamiento de estas partículas forma pequeños vidrios microscópicos, atrapando moléculas de agua en su interior. Los vientos solares podrían ser los responsables de dar la energía para propiciar la formación de las moléculas de agua. El vidrio encontrado en las muestras se calcula que tiene una edad de 2.000 millones de años. Mientras que el ciclo del agua de entrada y salida de los cristales se calcula que puede completarse en unos 15 años.
Tanto China como EE. UU. tienen previstas instalaciones permanentes en la Luna para 2030. Desde ahí se pretende facilitar la exploración del espacio y de nuestro vecino Marte. Para esta estación lunar la presencia de agua es muy buena noticia, pues así podrá hacer uso de los recursos naturales de la Luna en lugar de tener que llevar agua desde la Tierra para que sobrevivan los habitantes del espacio.