Clasificación de las plantas trepadoras
Las plantas trepadoras son aquellas que se aprovechan de los elementos que tienen a su alrededor, ya sean otros vegetales o rocas, muros o vallas para alcanzar una posición ventajosa para recibir la mayor insolación posible. Esta estrategia permite a este tipo de plantas crecer en sitios donde apenas llega el sol, puesto que crecen a gran velocidad buscando la mayor cantidad de luz y eliminar a la competencia, puesto que les quitan la luz para crecer. Por definición las plantas trepadoras son incapaces de generar tallos que se sostengan por sí mismos, aunque sí pueden generar tallos que alcancen cierta altura unos centímetros, buscando nuevos soportes. Lee más sobre ellas en el artículo principal que les dedicamos aquí.
En 1865 Darwin, que no solo se dedicó a los pinzones y los monos, realizó un estudio en el que clasificó a las plantas trepadoras dependiendo del tipo de estrategia que usen para trepar.
Si bien su clasificación ha sido ampliada posteriormente ya incluía 4 de los 5 tipos de plantas trepadoras que se consideran en la actualidad. Las plantas trepadoras se clasifican en:
Escandentes, estas plantas no presentan ningún órgano especializado, pero si son capaces de apoyarse en otros elementos. En este grupo se encuentran plantas que evolutivamente han perdido sus órganos especializados para trepar y en la actualidad simplemente se apoyan en otros vegetales. Estas plantas no alcanzan gran altura pero si se extienden por el suelo.
Similares a las anteriores son las plantas rastreras. En este caso estas plantas tampoco son trepadoras en altura. Sin embargo, desde los nudos de sus tallos generan raíces que les permiten agarrarse al sustrato (ya sea al suelo o a la pared). Estas plantas también crecen en superficie impidiendo que otras plantas puedan crecer en el suelo bajo ellas.
Las plantas trepadoras propiamente dichas son aquellas que tienen órganos especializados, ya sea tallos u hojas modificados que le permiten agarrarse. Estas plantas generan en sus tallos zarcillos, ganchos y otras estructuras con las que se anclan a los troncos y a las piedras para subir en altura. Además existen plantas trepadoras que también son capaces de generar raíces adventicias, como las rastreras, y se comportan de una u otra manera dependiendo de las características de su entorno. A estas trepadoras suele clasificárselas a parte como enredaderas. Son aquellas que no solo se apoyan sino que se aferran al sustrato, mediante la generación de pequeños tallos o raíces adventicias.
A continuación se encuentran las plantas cuyo tallo principal es el encargado de hacer ganar altura a la planta, en estas trepadoras es el tallo principal el que se enrosca alrededor de los troncos de otros árboles para ir subiendo. Estas plantas pueden tener estructuras que mejoran su capacidad para trepar, ya sea tallos secundarios o zarcillos. Estas plantas se denominan volubles y dependiendo de cada especie se han adaptado a enrollarse sobre troncos de diferente diámetro. Si el diámetro del tronco al que se aferran es muy ancho se vuelven inestables y caen. Cuando esto pasa generan unos tallos de crecimiento rápido que mediante el movimiento buscan nuevos puntos de apoyo. Cuando el tallo toca un nuevo punto de apoyo empieza a crecer y enrollarse a su alrededor.