Algas rojas o rodofitas
La vida bajo el agua requiere ciertas variaciones respecto a la aérea, además permite una variedad de seres vivos que aprovechan cada nicho ecológico disponible con una eficacia tremenda. En el caso de las algas, los mayores representantes vegetales bajo el mar, existe una curiosa variedad de ellas que se han clasificado tradicionalmente respecto a su color. Teniendo en cuenta que todas realizan la fotosíntesis como las plantas aéreas es curioso encontrar algas con diferentes colores. La respuesta a esto es similar a la de porqué hay plantas de hojas rojizas o amoratadas. Las algas verdes, son aquellas que comparten más pigmentos con las plantas aéreas, mientras que las algas pardas y las rojas comparten solo la clorofila a, el pigmento principal para realizar la fotosíntesis. A parte de ese pigmento, son los pigmentos accesorios los que dan el color típico de cada alga, o planta. En las algas rojas son los carotenoides y las ficobiliproteinas ficoeritrina y ficocianina, las encargadas de dar color.
Las algas rojas se muestran de ese color porque se sitúan a una profundidad algo mayor que las algas verdes. En la superficie del agua las algas verdes pueden recoger todo el espectro de luz del sol y sus pigmentos resultan verdes debido a ello. En el caso de las algas rojas, se han especializado a vivir entre los 40 y los 200 metros de profundidad, eso quiere decir que les llega muy poca luz y la que les llega es de baja energía. La luz solar se descompone en los colores siendo el rojo el que es capaz de llegar más abajo en el mar y por lo tanto la única luz que les llega a estas algas. Para aprovechar esta luz de baja energía, las algas se han adaptado con pigmentos capaces de captar electrones de baja energía y alta frecuencia para realizar la fotosíntesis.
Las cerca de 8000 especies que existen de algas rojas cuentan con almidón como material de reserva, al igual que las plantas aéreas, y además también usan el floridósido para almacenar energía. Las algas rojas son eucariotas pluricelulares con aspecto filamentoso de hasta un metro de tamaño, pero nunca forman estructuras complejas, como sí hacen las algas pardas y las verdes. Sus paredes celulares cuentan con celulosa, agar y carragenano. Estos dos últimos compuestos se emplean por la industria alimenticia para dar consistencia gelatinosa.
Su ciclo sexual se similar al que encontramos en las otras algas y algunas plantas. Su ciclo haploide (con solo una copia de cada cromosoma en el núcleo de la célula, n) es el dominante, por contraposición los mamíferos son diploides (dos copias, 2n) salvo en las células reproductivas (n). El gametófito (n) es el alga que podemos ver y forma gametos masculinos y femeninos (n). La fecundación de los gametos femeninos da lugar al esporófito (2n), que se mantiene sobre el gametófito y vive de él (lo parasita). El esporófito formará esporas (n) por meiosis, que se dispersarán al medio y darán lugar a nuevos individuos. Este tipo de ciclos vitales permite la recombinación genética, propia de la reproducción sexual y la diploidía, (2n), mientras mantiene a las plantas haploides.