Liposomas
Se denominan liposomas a las vesículas de fosfolípidos que formados por dobles membrana podemos encontrar de forma artificial. Las membranas de los organismos están formadas por una doble capa de fosfolípidos que en su interior presentan las colas hidrofóbicas, formadas por la parte lipídica de las moléculas, y en el exterior en ambas caras de la doble capa se encuentran los grupos fosfato que son hidrofílicos e interaccionan con el citoplasma o el medio líquido que los rodea, dentro o fuera de la célula.
Normalmente estas membranas cuentan con hidratos de carbono y proteínas que se encuentran en la superficie interior o exterior si son de carácter hidrofílico o bien pueden atravesar la membrana e interactuar a ambos lados de la membrana (como por ejemplo, la ATP sintasa o cualquier transportador de membrana) para ello deben tener una región lipofílica (hidrofóbica) que será la que atravesara la membrana (denominado dominio transmembrana). Así pues, las membranas de los organismos no solo cuentan la bicapa lipídica.
A diferencia de las vesículas naturales los liposomas están formados tan solo por fosfolípidos. Los fosfolípidos debido a sus características químicas tienden a formar esferas, vesículas, en medio acuoso de forma espontánea, es por eso que se ha aprovechado esta característica desde la década de los 1970 para estudiar las propiedades físicas y químicas de las membranas, y más recientemente se ha ampliado su uso en medicina y cosmética. Como ejemplo de su interés biotecnológico decir que en el año 2000 existían algo más de 200 protocolos patentados sobre cómo hacerlas de forma industrial y sobre diferentes utilidades.
Además de su uso en medicina y cosmética, los liposomas también han encontrado aplicaciones en la industria alimentaria. Se utilizan para encapsular y proteger ingredientes sensibles, como vitaminas y probióticos, mejorando su estabilidad durante el almacenamiento y la digestión. Los liposomas también pueden mejorar la biodisponibilidad de estos ingredientes, permitiendo una absorción más eficiente en el cuerpo.
En la actualidad los liposomas son empleados en multitud de tratamientos que requieran que un compuesto viaje po el torrente sanguíneo y tenga efecto en un tejido, su liberación sea lenta o para su administración tópica. Los liposomas son capaces de unirse a la membrana celular, por lo que pueden volcar su contenido directamente en el interior de las células, sin necesitar que exista un transportador de membrana. Se utilizan para llevar antibióticos de función variada hasta tejidos profundos y tipos celulares especiales (macrófagos o linfocitos). En cosmética la capacidad de atravesar la membrana de las células ha permitido aumentar la eficacia de todo tipo de cremas para la piel, desde protectores solares a cremas “antiarrugas”.
La capacidad de transporte de los liposomas es completa. No solo pueden transportar en su interior, hidrofílico sustratos para introducir en otros compartimentos celulares, además pueden llevar medicamentos lipofílicos, mucho más difíciles de introducir en el organismo debido a que el transporte se realiza siempre en medio acuoso. En ese aspecto los liposomas pueden acarrear compuestos dentro de su doble membrana o presentes en una capa de su bicapa para que al fusionarse a una membrana se añada a los compuestos de ésa.
Su uso en terapia génica está demostrando una gran eficacia en la lucha contra enfermedades infecciosas o trastornos celulares, como el cáncer. Gracias a los liposomas el sistema inmune puede activarse, de forma externa, para que responda contra las infecciones. Contra el cáncer se han llevado a cabo terapias génicas mediante la introducción de ARN “antisentido” para silenciar genes de células cancerígenas. Además, los liposomas también se están utilizando para la administración de vacunas, ya que pueden mejorar la respuesta inmune al presentar antígenos de manera más eficaz a las células del sistema inmune.