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El hierro en el cuerpo humano

Publicado por Ramón Contreras

El hierro como otros compuestos inorgánicos es necesario para el funcionamiento de muchas proteínas. Estos compuestos que son necesarios en menor medida son denominados microelementos, u oligoelementos, dependiendo de la cantidad necesaria para el funcionamiento de un ser vivo.

El hierro es el segundo metal más abundante en la corteza terrestre, después del aluminio y representa el 5% de la masa de la corteza. A nivel planetario es el más abundante puesto que el núcleo de la tierra está formado con un 70% de hierro. Pero, ¿Cuánto hierro es necesario para un ser vivo? Eso depende de cada especie, los requerimientos de hierro de un vertebrado cuyo sistema sanguíneo se basan en el hierro son algo mayores que los de un unicelular que emplea tan solo un par de átomos de hierro para el funcionamiento de sus proteínas.

El hierro es un metal de transición y eso quiere decir que es capaz de ceder y aceptar electrones, esta característica hace que sea muy versátil y permite diferentes formas (oxidadas o reducidas) del elemento y por consiguiente de la proteína o la molécula a la que se una. En el ser humano unos 4 gramos del peso de una persona de 80 kilos son hierro. De estos 4 gramos alrededor del 70% forma parte de moléculas funcionales. La gran mayoría, el 65% del total, se encuentra en los eritrocitos o glóbulos rojos, en el centro de la molécula de hemoglobina. Tan solo un 1% se encuentra en otros enzimas como los citocromos que intervienen en la respiración celular, no obstante el hierro también forma parte de enzimas no relacionadas con la respiración y el 4% restante se haya también unido a globinas, en este caso las mioglobinas de los músculos.

El otro 30% del hierro del cuerpo humano se encuentra en forma de reserva en el cuerpo para reponer el hierro que se excreta con la degradación de los anteriores mencionados. La principal forma de reserva de hierro en el cuerpo es la ferritina (20% del total), una proteína que se encuentra en los tejidos formadores de células sanguíneas (bazo y médula ósea), así como en el hígado. La otra forma de almacenamiento de hierro, en la que se encuentra el 10% del hierro total es la hemosiderina. Esta molécula se forma en el cuerpo cuando las necesidades de hierro ya están cubiertas. La hemosiderina deriva de la hemoglobina que se disocia del grupo hemo y estos se agregan formando micelios junto con la ferritina. En ocasiones se emplea como pigmento y da un color amarillo.

El hierro se absorbe en el intestino en la dieta, principalmente formando parte de grupos hemo. La absorción de este hierro, denominado HEM, cuenta con la liberación del hierro del anillo de porfirina del grupo hemo mediante la HEM oxidasa que secretan las células epiteliales del intestino. Después se une a glicoproteínas de membrana de los cilios intestinales y de ahí, en vesículas llega al torrente sanguíneo.

La absorción de hierro en el intestino está controlada por la síntesis de la HEM oxidasa, que está regulada por las cantidades de hierro almacenadas en el cuerpo.