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Breve historia de la clasificación de los seres vivos. De la antigüedad al s. XIX.

Publicado por Javier García Calleja

La nomenclatura es la parte de la taxonomía que se encarga de nombrar a los organismos siguiendo unas normas estrictamente establecidas.carlos linneo
Para nombrar científicamente a una especie se utiliza un sistema de nomenclatura binomial que se debe a Linneo. Cada organismo recibe dos nombres en latín. El primero indica el género al que pertenece, mientras que el segundo es un adjetivo que designa la especie concreta. Los nombres científicos siempre se escriben subrayados o en cursiva. La inicial del nombre del género (nombre genérico) se escribe con mayúscula y el adjetivo (nombre específico) en minúscula.
Cada nombre científico hace referencia a un único organismo, por lo que elimina cualquier posibilidad de ambigüedad o confusión.

 

La persona que describe una nueva especie tiene el honor de nombrarla. Los nombres elegidos pueden aludir a alguna característica propia del organismo (el nombre científico del herrerillo común, Parus caeruleus, hace referencia al color azul de su cabeza); recordar a una persona conocida (la bacteria Escherichia coli, recibió su nombre del médico alemán Theodor Escherich); o incluso recurrir al humor: un entomólogo inglés empleó la terminación chisme (pronunciado en inglés «kiss me», bésame’) y existen géneros de gorgojos y chinches con sugerentes nombres de Polychisme, Peggichisme o Dolichisme.

Las distintas formas de concebir el mundo y los nuevos avances tecnológicos han ido cambiando la clasificación de los seres vivos. En la actualidad, estamos en un momento crítico y, con toda seguridad, los datos proporcionados por la biología molecular, el estudio comparativo del ADN y de las proteínas, revolucionarán el mundo de la taxonomía.

Vamos a distinguir varios momentos en el desarrollo de la taxonomía:

El periodo antiguo: Aristóteles. La historia de la clasificación científica comenzó con Aristóteles 300 años antes de Cristo. Este filósofo introdujo el sistema jerárquico en la clasificación y resaltó la importancia de definir los criterios a la hora de clasificar.
Siglos XVI y XVII. En los siglos XVI y XVII tienen lugar las grandes expediciones, y llegan a Europa numerosas plantas exóticas. Por eso, una de las preocupaciones principales del momento era proporcionar claves que ayudaran a identificar estos valiosos organismos. Pero además, en el siglo XVII, Newton presenta al mundo sus leyes sobre mecánica, y todos los científicos se lanzan a la búsqueda de las leyes que rigen en la naturaleza; entre los taxónomos, en concreto, empieza a calar la idea de concebir una clasificación que refleje el orden existente en el mundo natural.
Siglo XVIII: Carl Linneo. El sueco Linneo sienta los cimientos de los sistemas de clasificación modernos. Elabora una lista pormenorizada de todos los organismos conocidos y les pone un nombre. A él se deben el método de nomenclatura binomial y el sistema jerárquico de clasificación, que hoy en día se siguen utilizando. Además, clasifica los seres vivos en dos reinos: animal y vegetal. Pero Linneo no aceptó que todos los seres vivos estamos emparentados, ya que no pudo librarse de la filosofía imperante de su época: el fijismo, que defendía la inmutabilidad de las especies.
Siglo XIX: Charles Darwin. Hasta el siglo XIX, las clasificaciones se basaban en un grupo de características externas que se elegían arbitrariamente.
Charles Darwin representa un antes y un después en la clasificación de los seres vivos. En 1859 aparece su libro “El origen de las especies” (The Origin of Species) en el que presenta la teoría de la evolución y el motor que la pone en marcha: la selección natural. Darwin sostiene que todos los seres vivos se originaron a partir de un único ancestro común. Si desciframos la filogenia, es decir, La historia de la vida a partir de ese primer antepasado, hallaremos el orden de la naturaleza que permitirá conferir un fundamento sólido a las clasificaciones de los taxónomos. La tarea se reduce, por tanto, a averiguar los grados de parentesco entre los seres vivos. Sin embargo, descubrir la filogenia de los seres vivos no es tarea fácil.