Tolerancia salina en tortugas
La salinidad del agua es un parámetro clave que limita la distribución geográfica de la mayoría de los reptiles costeros. A diferencia de los peces, la mayoría de los reptiles acuáticos y semiacuáticos existentes carecen de adaptaciones fisiológicas para mantener los solutos sanguíneos dentro de un rango tolerable. A pesar de que la piel de muchos reptiles es en su mayoría impermeable al sodio y limita la absorción, aún se obtiene una cantidad excesiva de sodio a través de la alimentación y otras actividades. Sin embargo, la adaptación a la vida en ambientes de alta salinidad ha evolucionado de forma independiente varias veces en tortugas, escamosos y cocodrilos.
Se han identificado cuatro pasos evolutivos para la adaptación progresiva a la vida marina: (i) osmorregulación del comportamiento, como identificar y evitar las salinidades altas; (ii) reducción de la absorción de sal, pérdida de agua y consumo incidental; (iii) desarrollo de glándulas de sal rudimentarias; y (iv) desarrollo de glándulas de sal altamente funcionales y adaptaciones morfológicas. La presencia de adaptaciones a los hábitats marinos, incluso en especies de tortugas predominantemente de agua dulce, puede evidenciar una posible fase marina o estuarina en la evolución de algunas especies costeras de agua dulce.
El aumento proyectado en el nivel medio global del mar pone a muchas especies de tortugas de agua dulce en riesgo de intrusión de agua salada en hábitats de agua dulce. Las tortugas de agua dulce están desproporcionadamente más amenazadas que otros taxones. Las tortugas de agua dulce son un linaje que evoluciona lentamente; sin embargo, pueden adaptarse fisiológicamente o de manera conductual a varios niveles de salinidad y, por lo tanto, ocurren temporalmente en ambientes marinos o salobres.
A partir de una revisión de la literatura, 70 especies (aproximadamente el 30% de las especies de tortugas de agua dulce costeras) de 10 de las 11 familias de tortugas de agua dulce han sido reportadas en ecosistemas de agua salobre. La mayoría de los registros, observaciones y descripciones anecdóticas no implican tolerancia a la salinidad a largo plazo entre las tortugas de agua dulce. Más bien, los experimentos muestran que algunas especies exhiben un potencial de adaptación y plasticidad en los rasgos fisiológicos, de comportamiento y de historia de vida que les permiten soportar períodos variables (por ejemplo, días o meses) y niveles de exposición al agua salada.
El 59% de las especies de tortugas están en peligro de extinción. El aumento proyectado de 1 m o más en el nivel medio global del mar para 2100 implica que muchas especies de tortugas costeras existentes (aproximadamente el 90%) probablemente se vean afectadas en cierta medida por la intrusión de agua salada en hábitats de agua dulce. A pesar del peligroso estado de conservación de muchas tortugas, no se sabe hasta qué punto toleran los ambientes salobres o marinos y, por lo tanto, nuestra capacidad para predecir el impacto futuro de la incursión de la sal.
El uso de ambientes salobres y marinos por parte de las tortugas de agua dulce proporciona pistas sobre los procesos evolutivos que han prolongado su existencia, han dado forma a sus distribuciones costeras únicas y pueden ser útiles para predecir su respuesta a un mundo cambiante.