Tulipanes, virus y la quiebra económica de Holanda del siglo XVII
Los tulipanes son una de las plantas que han llegado a costar más en toda la historia de la humanidad. A pesar de ser originarias de Asia, se popularizó su cultivo en los países centroeuropeos, siendo mundialmente famosos los tulipanes de Holanda. Fue en este país donde corriendo el siglo XVII se desató una fiebre por los tulipanes, denominada tulipomanía. Durante esta euforia llegaron a pagarse hasta 7 veces el salario anual de un holandés por un solo bulbo. La burbuja especulativa subió tanto los precios hasta se hipotecaban casas por comprar unos bulbos que todavía no habían dado flor. Finalmente los precios subieron tanto que eran impagables y la gente que había invertido verdaderas fortunas para comprar fue incapaz de vender, esto llegó a arruinar la economía del país holandés.
Los tulipanes son una planta ornamental de la que existen numerosas variaciones de color, creadas mediante selección y cruce en distintas especies silvestres y cultivadas. Son plantas perennes, aunque su flor sale del bulbo durante los meses de primavera. La coloración de las flores es el rasgo más variable de las tulipas, incluyendo gran cantidad de colores desde el blanco al azul, pasando por los rojos y amarillos. La coloración de los pétalos es completa del mismo color y está determinada por la síntesis diferencial de los distintos pigmentos que tiene la planta (carotenoides, para los anaranjados y amarillos, delfinina y cianidina para los azules y cianidina y pelagonidina para conseguir los tulipanes rojos).
Sin embargo, en el siglo XVII ocurrió un fenómeno que escapaba al conocimiento botánico de la época. De vez en cuando salían tulipanes con coloraciones mixtas de aspecto único e irrepetible teniendo los pétalos con varios colores en líneas al azar sobre los pétalos. Lo que no sabían en aquella época es que esta rotura del color homogéneo de los tulipanes era debido a un virus (Tulip breaking virus) que pasaba de bulbo a bulbo mediante pulgones.
El virus infecta el bulbo y rompe el monocromatismo de los pétalos. Se producen intrincadas barras, estrías y formas plumosas o llameantes de forma azarosa de diferentes colores. Ahora se sabe que la forma de la rotura del color depende de la edad del bulbo en el momento de la infección y de las variedades de tulipán infectado y de virus que infecta. Pueden ocurrir dos posibles acciones. Una, los pigmentos se degradan de forma local en determinadas zonas o dos, se acumula un exceso de pigmento en las vacuolas de las células de la epidermis superior a causa de una distribución irregular de antocianina (un precursor de varios pigmentos). Se ha determinado que la fluctuación debida a la infección se lleva a cabo tras el desarrollo normal del color de la flor. Como se ve afectada la capa epidérmica superficial tan solo, los pétalos presentan dibujos diferentes en el lado interior y el exterior.
Debido a la infección del virus el bulbo va perdiendo fuerza y se retrasa la floración y la formación de nuevos bulbos hasta el punto de que el bulbo es incapaz de florecer (es debido a esto que los tulipanes más famosos de bulbos con el color roto ya no existen).