Tinción Giemsa
Entre las técnicas más comunes de la investigación en biología, concretamente en citología y histología, se encuentra la tinción de cultivos y tejidos. Entre las tinciones tal vez una de las más conocidas, por su sencillez, bajo coste y eficacia es la tinción Giemsa, que permite la observación diferencial del núcleo y el citoplasma celular, puesto que el ADN queda teñido de un fuerte color azul. Esta tinción se emplea en organismos sin pared celular y eucariotas (con núcleo). También puedes leer más sobre otra de las tinciones más usadas en animales, la tinción eosina y hematoxilina, aquí. Para teñir bacterias es más frecuente la tinción de GRAM, de la que puedes leer más aquí.
En 1904 el Dr. alemán Gustav Giemsa publicó un libro en el que detallaba los procedimientos optimizados por él mismo para teñir eucariotas flagelados, células sanguíneas y bacterias. En este libro Giemsa exponía las mejorar que había realizado sobre la tinción de Romanowsky (de eosina y azul de metileno), incorporando glicerol a la mezcla para estabilizar ambos compuestos permitiendo una mayor reproducibilidad de las observaciones microscópicas.
La tinción Giemsa se sigue utilizando en citogenética para observar ADN en diferentes estados de condensación puesto que permite la observación de los cromosomas durante la mitosis e incluso el ADN de las mitocondrias. El azul de metileno de la tinción giemsa se une fuertemente a las regiones ricas en adeninas y timinas del ADN, dando un bandeo característico. El ojo experto es capaz de ver, durante la mitosis, aberraciones cromáticas (duplicaciones, deleciones o translocaciones de regiones del cromosoma) con la observación de las bandas comparando el bandeo de los dos cromosomas aparejados. Además se emplea para el diagnóstico patológico en frotis de sangre o médula ósea para detectar algunos parásitos como las rickettsias, el plasmodium de la malaria o tripanosomas (próximamente). Algunos tipos celulares, como los mastocitos y los basófilos, son tipos celulares con núcleos de gran tamaño que pueden reconocerse en un frotis de sangre teñido con giemsa.
El tinte giemsa está compuesto por eosina, azul de metileno y azure B, aunque en la actualidad es común encontrarlo de forma comercializada todo junto. La capacidad de penetración de la tinción permite la observación de cortes entre 3 y 6 micras. Antes de teñir se debe deshidratar la muestra, por lo que suele meter en baños de metanos, sucesivamente más puro (50%, 75% y 99%), durante unos 30 segundos. Una vez la muestra deshidratada se suele sumergir entre 10 minutos y media hora en una solución al 5% o 10% de giemsa.
La eosina es un tinte ácido, por lo que unirá estructuras básicas como el citoplasma o los eritrocitos. Por otra parte el azul de metileno tiene un pH básico y unirá estructuras y moléculas ácidas, como el ADN, por lo que teñirá de azul o purpura los núcleos. Las bacterias al tener su ADN en el citoplasma se tiñen de azul por completo. Otras estructuras celulares, cuyo pH no sea tan extremo como el ADN pueden adquirir coloraciones entre el azul y el púrpura. El pH del tinte debe estar equilibrado entorno al 6,5 para que la tinción no esté descompensada.