Infección por Klebsiella
K. pneumoniae es un patógeno nosocomial. Es decir, es un oportunista, que provoca infecciones principalmente en pacientes cuyas defensas están bajas a causa de alguna otra enfermedad. Por eso es de aparición más frecuente en nosocomios (hospitales) en pacientes de posoperatorio o UCI. Esta bacteria pertenece al grupo de las Klebsiellas, de las que puedes leer más sobre el género aquí y sobre su importancia para el ser humano aquí. En general las Klebsiellas se consideran patógenas de baja virulencia. En individuos sanos pueden aislarse del tracto digestivo y vías urinarias, sin que sean nocivas.
K. pneumoniae es una enterobacteria, forma parte de un grupo que engloba muchos patógenos para el ser humano y otros animales. Se ha descrito que de la docena de especies que componen el género Klebsiella K. pneumoniae es el patógeno más común, pero no el único. Las klebsiellas pueden infectar tanto el tracto digestivo, causando diarrea, como el urinario, los tejidos blandos o las vías respiratorias, siendo esta última infección la más grave. Se estima que el 20% de los casos de diarrea en bebés está causada por Klebsiellas, tanto K. pneumoniae (67% de los casos) y K. oxytoca (33% de los casos). Por suerte tan solo el 20% de ellas producía enterotoxinas, los casos más graves de infección.
Las enterotoxinas que producen algunas cepas de Klebsiella son similares a las de E. coli o de las especies del género Shigella. Las enterotoxinas actúan lisando las células, lo que puede causar la necrosis de tejidos. Si se produce septicemia, infección de la sangre, las enterotoxinas pueden lisar los glóbulos rojos impidiendo la oxigenación de los tejidos.
Diagnóstico: Los casos de diarrea cursan de manera similar a los de otras enterobacterias, por lo que se pueden tratar igual. La neumonía causada por K. pneumoniae afecta a las células pulmonares que presentan necrosis, lo que aparece como inflamación y hemorragias en los pulmones. Esto da lugar a tos con mucosidad espesa y sanguinolenta. Además K. pneumoniae puede colonizar el tracto urinario, el tracto biliar o heridas, creando una infección en los mismos y pudiendo llegar a infectar el torrente sanguíneo.
Tratamiento: los pacientes con neumonía por Klebsiella suelen tener poca esperanza de supervivencia debido a la pérdida de masa pulmonar. Esto se puede remediar diagnosticando a tiempo y tratando con antibióticos. Se recomienda el uso de antibióticos no beta-lactámicos (la penicilina y sus derivados son beta-lactámicos), como la gentamicina o la amikacina. Sin embargo se han de hacer pruebas de laboratorio para comprobar la sensibilidad de cada cepa. En cualquier existen cepas resistentes a varios antibióticos de amplio espectro que se localizan principalmente en hospitales. Los pacientes con diabetes, alcoholismo o problemas de hígado tienen un diagnóstico peor. Normalmente los antibióticos se complementan con la extirpación quirúrjica de las áreas necrosadas. Los pacientes afectados tienen una supervivencia del 50 – 80% si complementan los antibióticos con estancia hospitalaria.
En ningún caso hay que autodiagnosticarse o automedicarse, sino que hay que ir a una instalación sanitaria donde el paciente pueda ser observado por un especialista médico.