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Siete bacterias para el botulismo

Publicado por Ramón Contreras

El botulismo es una enfermedad debida a la toxina que segrega una bacteria. Clostridium botulinum es la bacteria que sintetiza esta neurotoxina. Normalmente se contrae la enfermedad por comer alimentos mal conservados. Por eso es tan importante hervir bien todos los recipientes que vayan a usarse para hacer conservas caseras. La otra opción para la transmisión del botulismo es mediante la aspiración de las esporas diseminadas en el aire.

Filogenia e historia evolutiva: Clostridium botulinum es una de las más de 100 especies del prolífico género Clostridium. Si bien es la más conocida a nivel médico, no es la única que puede causar enfermedades. El género se caracteriza por la producción de toxinas. Este género se encuentra clasificado dentro de la Familia taxonómica Clostridiaceae, dentro del Orden Clostridiales. Siendo el género característico de la clase Clostridia, a la que pertenece. Finalmente forma parte del Filo Firmicutes, de las Bacterias. En la actualidad se han descrito 7 subtipos de Clostridium botulinum, llamados subtipos A hasta G se diferencian por la toxina botulínica que sintetizan, de los cuales los subtipos C y D no son patógenos del ser humano.

Descripción: La bacteria de C. botulinum son GRAM positvas que tienen morfología de bacilo. Es capaz de moverse por flagelos peritricos (en toda la superficie de la bacteria). Las bacterias de la especie botulinum crecen en condiciones de baja presión parcial de oxígeno, por eso suelen encontrarse en botes de conservas mal esterilizadas. Cuando se enfrenta a situaciones de estrés, como aumento del oxígeno, la bacteria forma esporas. Éstas presentan forma ovalada, sin apéndices. Se forman en la región subterminal de la bacteria, deformándola. La espora está formada por la membrana citoplasmática, la pared celular y un citoplasma muy concentrado, que es refringente, refleja la luz. Está recubierta por el córtex, la pared de la espora (electrodensa, y por lo tanto refringente también), seguidamente encontramos una zona donde siguen ocurriendo los denominados procesos lamelares y finalmente el exosporium, la capa más externa de la espora.

La formación de la espora deforma la forma del bacilo

La formación de la espora deforma la forma del bacilo

Distribución y hábitat: Las bacterias de C. botulinum pueden aislarse tanto de suelo como de agua de todo el mundo. Cada subtipo de C. botulinum tiene unas condiciones optimas de crecimiento con un rango de temperatura general entre los 15 y los 40ºC y un pH entre los 4,8 y los 7. Sus esporas son muy resistentes y pueden soportan los 100ºC durante más de 10 minutos, en estas condiciones la mayoría de las bacterias de C. botulinum han muerto.

Interacción con el ser humano: Como ya se ha comentado C. botulinum es un patógeno que puede ocasionar la muerte. Como necesita atmosferas sin oxígeno para crecer correctamente suele encontrarse en botes de conserva mal esterilizados. Sin embargo las conservas con mucho ácido o azúcar pueden evitar el crecimiento de estas y otras bacterias. Aún así si por ejemplo la miel contiene esporas éstas podrían desarrollarse en el estomago y producir toxinas suficientes para poner en peligro la vida de un bebé. Las sustancias ácidas o picantes son un mejor preventivo en las conservas. Puedes leer más sobre los síntomas y el tratamiento del botulismo en el artículo que le dedicamos aquí.

Prevención y control: Para prevenir el botulismo, es fundamental seguir buenas prácticas de higiene y manipulación de alimentos. Esto incluye cocinar adecuadamente los alimentos, especialmente aquellos que se conservan en casa, y almacenarlos a temperaturas seguras. Además, los alimentos enlatados o envasados deben ser inspeccionados antes de su consumo; cualquier lata o envase que esté hinchado, dañado o tenga fugas no debe consumirse.

En cuanto al control del botulismo, una vez que se ha producido un brote, es esencial identificar y eliminar la fuente de la infección. Esto puede implicar la retirada de productos alimenticios contaminados del mercado y la desinfección de las áreas afectadas.

Tratamiento: El tratamiento del botulismo implica la administración de un antitoxina específica lo más pronto posible para neutralizar la toxina circulante. En casos graves, puede ser necesario el soporte respiratorio y la hospitalización prolongada. Además, es importante recordar que la recuperación puede llevar mucho tiempo, ya que el daño nervioso causado por la toxina puede tardar meses en repararse.

Investigación y avances recientes: A pesar de su peligrosidad, la toxina botulínica ha encontrado aplicaciones en la medicina moderna. Se utiliza en pequeñas dosis para tratar una variedad de condiciones, desde el estrabismo hasta las migrañas crónicas y la hiperhidrosis. Además, la toxina botulínica es el ingrediente activo en los tratamientos de Botox, que se utilizan para suavizar las arrugas faciales. Sin embargo, estos usos médicos requieren un control riguroso para garantizar la seguridad del paciente. La investigación continua es esencial para entender mejor esta bacteria y su toxina, y para desarrollar tratamientos y medidas preventivas más efectivas.