Enteritis necrótica causada por Clostridium
Clostridium perfringens es una especie bacteriana que se encuentra de forma habitual en la flora intestinal de los animales de sangre caliente. Sin embargo, puede ser letal si infecta heridas o si ingerimos alguna de las cepas tóxicas que existen. Puedes leer más sobre las características de esta especie de bacilo en su propio artículo aquí. Cuando infecta heridas puede producir gangrena gaseosa(próximamente), con una gran letalidad. El otro cuadro patológico, la intoxicación alimentaria es la conocida como enteritis necrótica.
La enteritis necrótica afecta al ser humano y a otros animales tanto a otros mamíferos como a aves, sobretodo entre los individuos jóvenes de las granjas de pollos y pavos. Ocasionando perdidas económicas considerables en ganadería y avicultura. Las cepas infecciosas de C. perfringens son la A y la C. desde el primer caso conocido en 1961, se ha considerado que la alfatoxina es el factor principal de la enfermedad. Y por lo tanto principal diana de las vacunas que durante estos años se han desarrollado.
La enteritis necrótica se presenta como una diarrea acuosa sin inflamación. Esto es debido a que las toxinas que sintetiza C. perfringens destruyen la flora intestinal y afectan a la mucosa digestiva. Existen dos variantes de ésta enteritis, la primera de ellas causada por el serotipo A, propia de países desarrollados, que no es letal y no requiere tratamiento específico. El serotipo C causa una enteritis mucho más grave, propia de los países tropicales. En este caso parece ser la betatoxina la causante del cuadro clínico. Esta modalidad tiene un 40% de tasa de mortalidad en humanos, debida a la perforación intestinal que causa. En aves la mortalidad va del 2 al 30% dependiendo del brote. En ambos casos la ingesta de bacterias debe ser muy alta, del orden del millón por gramo de peso.
Síntomas: la enteritis aparece en las 8- 24h siguientes a la ingesta, dependiendo de la cantidad de bacterias ingeridas. La enfermedad cursa en las 24 h. siguientes. La diarrea acuosa puede ir acompañada de dolor epigástrco en más del 90% de los casos, aunque es raro que los afectados tengan fiebre o vómitos.
En aves la enfermedad cursa mucho más deprisa, muriendo los pollos en cuestión de horas. En ese tiempo aparecen poco activas y deprimidas. La autopsia revela que el intestino delgado de los pollos presenta la pared engrosada, gris y friable, debido a las ulceras y a las hemorragias que causa la bacteria C. perfringens. Además forma bolsas de gas maloliente.
Diagnóstico: El diagnóstico se puede hacer tanto en alimentos donde se considera de riesgo más de 100 ufc (unidades formadoras de colonias) por gramo. Aunque también se deermina en más de 100 esporas/gramo de heces de pacientes.
Tratamiento y profilaxis: la manera de evitar estas enteritis es no consumir alimentos que hayan estado calentados durante horas. Es decir, que no hayan permanecido calientes, entre 30 y 60 ºC, más de una hora. Para evitar el crecimiento de C. perfringens es recomendable congelar los excedentes de comida o calentar solo la cantidad de comida que se vaya a usar de forma inmediata a una temperatura superior a los 73ºC. Existen antibióticos capaces de prevenir la proliferación de C. perfringes. El tratamiento para los afectados del serotipo A consiste en la hidratación y el reposo.