Vaina de mielina
El sistema nervioso es el tejido encargado de transmitir la información desde todas las partes del cuerpo hasta el cerebro (junto con la médula, el sistema nervioso central), donde se procesará y se generará una respuesta que volverá a enviarse por los nervios, componente principal del sistema nervioso periférico. El sistema nervioso está formado por neuronas, unas células muy especializadas que llevan el impulso nervioso, y otras células que protegen, nutren y mantienen a las neuronas. Puedes leer más sobre el tema en el artículo “Generalidades sobre el sistema nervioso” aquí y “El tejido nervioso” aquí.
Composición de la mielina: Las células gliales (células de Schwann y oligodendrocitos), las células acompañantes de las neuronas, son las responsables de la síntesis de la mielina. La mielina es un compuesto lipoproteico, cuya composición varía dependiendo del tipo celular que lo sintetice. La composición más frecuente es: alrededor de un 40% de agua y la fracción seca está formada por un 75% de lípidos y 25% de proteínas. Las moléculas más frecuentes son galactocerebrósido y la esfingomielina. La mielina es de color blanco y dan color a la materia blanca del cerebro y a los nervios.
Las células glía rodean los axones con capas de mielina. Por sus características químicas la mielina forma bicapas lipídicas y contribuye en gran medida a la formación de la membrana celular de las células de glía, otorgándole características especiales, añadidas a las propias de la membrana celular. En el sistema nervioso periférico las células de Schwann se enrollan alrededor de los axones neuronales formándose una vaina de mielina a su alrededor. Entre dos células de Schwann adyacentes enrolladas alrededor de un axón neuronal queda un espacio denominado nódulo de Ranvier. Los axones de las neuronas pueden ser muy largos, hasta de 1 metro y por lo tanto tener un sinfín de células de Schwann enrolladas. En los nódulos se acumulan iones de compuestos como sodio, potasio y los canales que los transportarán.
Función: Entre otras cualidades la mielina es un aislante eléctrico. Cuando una neurona recibe el impulso nervioso en forma de desequilibrio de cargas eléctricas de iones lo envía a través del axón. Como la mielina es aislante no se realiza intercambio electrónico entre la neurona y el exterior en las zonas donde está recubierta, haciendo que el impulso nervioso avance, debido a que el desequilibrio iónico, denominado en fisiología potencial de acción, no puede equilibrarse. Las neuronas con mielina son unas 100 veces más rápidas que las que no tienen la cubierta de mielina. Debido a que el potencial de acción se va perdiendo a medida que se transmite a lo largo del axón.
En los nódulos de Ranvier, que tienen un tamaño de micras, los canales de sodio y potasio que hay en ellos permiten el avance del potencial de acción (el desequilibrio de iones), que saltará de un nódulo a otro a medida que los iones sodio entran de la neurona. Puedes leer más sobre el impulso nervioso en el artículo que le dedicamos aquí.