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Ontogenia y biología del desarrollo

Publicado por Ramón Contreras

La ontogenia, o modernamente la biología evolutiva del desarrollo, es la parte de la biología que se encarga de describir cómo se desarrolla un individuo, de cualquier especie, desde el momento en que se forma el cigoto hasta el momento de su muerte. Todos los organismos sufren cambios morfológicos durante su vida, la mayoría de ellos y los más importantes son los que se dan durante el desarrollo embrionario, en el que se pasa de una única célula hasta un ser pluricelulado con órganos diferenciados con diversos tejidos y gran número de células especializadas en un gran número de funciones.

El desarrollo del individuo tiene dos objetivos: permitir la subsistencia del individuo, generando sistemas capaces de obtener energía y materia y permitir la generación de descendencia, desarrollo del aparato sexual.

Desde la antigüedad se han planteado hipótesis sobre el desarrollo biológico (la generación de la materia y el desarrollo embrionario). Sin embargo, las ideas, como la hipótesis del homúnculo y las hipótesis preformistas de la época moderna, eran erróneas y fueron descartadas por falta de pruebas reales. A finales del siglo XVIII y principios del XIX una de las teorías evolutivas más de moda fue la Teoría de la recapitulación, que enuncia que la ontogenia recapitula la filogenia, en un “algo queda” de lo que fuimos.

Los médicos y naturalistas J. Hunter y C. F. Kielmeyer fueron sus principales impulsores. La teoría promulga que a través del desarrollo embrionario se pueden observar las relaciones filogenéticas entre grupos cercanos. En la actualidad esto no se sigue como un dogma, si bien es cierto que durante el desarrollo embrionario se pueden ver semejanzas en la formación de especies cercanas. Uno de los hitos más sorprendentes es la aparición de un esbozo de agallas en los mamíferos que hace recordar al origen marino de todos los vertebrados y de cómo salieron del mar para conquistar la tierra.

Existen un gran número de dibujos embrionarios famosos de diferentes animales tortugas, gallinas, ovejas, conejos e incluso humanos en los que los primeros estadios de desarrollo embrionario sin prácticamente idénticos.

En la actualidad la biología evolutiva del desarrollo, para abreviar evo-devo, ha tomado el relevo de la ontogenia y de la Teoría de la recapitulación. En este nuevo concepto se aúnan muchas disciplinas desde la paleontología hasta la biología del desarrollo o la ecología. El surgimiento de esta rama de la biología surge para explicar de forma integrativa la evolución, entendida como cambio dentro de una especie, la ecología, como el motor de dicho cambio y la biología del desarrollo, cómo afectan los cambios a largo plazo al plan general de desarrollo de una especie, creándose así un conocimiento multidisciplinar “eco-evo-devo”.

La evolución actúa a varios niveles de desarrollo. Primero en los cambios del ADN que darán la implementación de nuevas proteínas a nivel celular. Esto se traducirá en tejidos diferentes, cambiando la funcionalidad de los órganos y a la larga de los organismos.

Existen animales cuyo desarrollo es ampliamente conocido. Por ejemplo Caenorhabditis elegans, es un gusano cuyo número de células es constante en los adultos (tan solo 959). Gracias a esto, las líneas germinales de cada tejido, las células que se diferenciarán para dar lugar a cada tejido, se conocen perfectamente y se ha podido estudiar el desarrollo embrionario con gran exactitud, permitiendo avances en enfermedades degenerativas y del desarrollo embrionario.