La masticación, la digestión mecánica de los mamíferos
La masticación es un proceso mecánico en el que los animales del grupo de los mamíferos cortan y machacan el alimento para permitir su ingesta y mejorar la digestión posterior del mismo. En la naturaleza existen otros animales con mandíbulas pero el uso que hacen de ellas para la masticación, la rotura en pequeños pedazos del alimento, es casi nula. En otros grupos de mandibulados los dientes y las mandíbulas son usados para agarrar y desgarrar pedazos de las presas antes de ingerirlos sin apenas mantenerlos en la boca. Este proceso sencillo permite a los mamíferos conseguir una mayor cantidad de energía y de compuestos utilizables del alimento.
La masticación es llevada a cabo por los dientes. En mamíferos los dientes están especialmente desarrollados para masticar. La parte superior de ellos está reforzada con esmalte y dentina adicional. La masticación es llevada a cabo específicamente por los molares, los dientes traseros. Mientras que las funcione de cortar y desgarrar, que presentan otros mandibulados, se llevan a cabo por los dientes delanteros incisivos y caninos. Estos dientes toman parte en la masticación en cuanto que aguantan la comida para que los molares vayan trabajando.
Los labios, la lengua e incluso los carrillos toman parte activa y de forma coordinada en la masticación ayudando a distribuir la comida en ambos lados y a que la masticación sea más eficiente detectando los trozos de mayor tamaño y moviéndolos hacia la cizalla de masticación de los molares. La saliva lubrica la comida para permitir su mejor trituración, además la saliva que riega la boca desde distintas glándulas en varias posiciones de la boca ayuda a que los sabores que se van extrayendo de los alimentos lleguen a las papilas gustativas que servirán de estímulo para hacer la masticación y la alimentación agradable. Con la saliva empieza la digestión química, la otra parte fundamental del proceso de alimentación. Lee más de ella aquí.
Además, es importante destacar que la masticación también tiene un papel relevante en la prevención de enfermedades orales. Al masticar, se estimula la producción de saliva, que contiene enzimas y anticuerpos que ayudan a prevenir la formación de placa bacteriana y caries. Asimismo, la masticación regular y adecuada puede ayudar a mantener los dientes y las encías saludables, reduciendo el riesgo de enfermedades periodontales.
La masticación trocea el alimento y extrae los líquidos del mismo. Dependiendo de la dieta los mamíferos harán una masticación mayor o menor. Por ejemplo, las ballenas apenas mastican nada, mientras que los rumiantes son especialistas en masticar la comida, usando no solo movimientos arriba y abajo de sus mandíbulas como es normal sino también movimientos horizontal y oblicuos para desmenuzar lo más posible las hierbas que comen con el fin de facilitar la digestión de la fibra que es base de su dieta. Lee más sobre la digestión de los rumiantes aquí.
Cuando la comida ha sido reducida a un tamaño relativamente pequeño o su consistencia no es muy dura se forma en el centro de la boca el bolo alimentario con una consistencia pastosa, que pasará al estómago siguiendo el camino del esófago. Esta es la única parte voluntaria de la deglución, mientras que el paso por la faringe, el esófago y ya el resto del sistema digestivo será todo involuntario. En este aspecto la masticación es la parte más activa y consciente de todo el proceso de alimentación. Es por eso que es tan importante el sabor de la comida para condicionar a los individuos a comer y masticar cosas gustosas y apetecibles.
Finalmente, es relevante mencionar que la masticación también tiene un impacto en el bienestar general del organismo. Algunos estudios han sugerido que la masticación puede tener efectos positivos en la memoria y la concentración, y puede incluso ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Esto se debe a que la masticación estimula la circulación sanguínea en el cerebro, lo que puede mejorar la función cognitiva y el estado de ánimo. Por lo tanto, la masticación no solo es esencial para la digestión y la salud oral, sino que también puede contribuir a mejorar la salud mental y emocional.