Gastrulación y movimientos morfogenéticos
La gastrulación procede del término “gaster”, que significa estómago. Se trata de una fase del desarrollo embrionario en la que se reorganizan las células del embrión y conduce a la formación de células embrionarias y de un intestino primitivo o arquenteron, que tiene una abertura al exterior llamada blastoporo. A partir de estas tres hojas se van a formar posteriormente todos los esbozos de los órganos.
Las células que se encontraban en la parte externa de la blástula pasan al interior. Además, continúan las divisiones celulares, aunque a un ritmo menor, y las células no aumentan de tamaño, aunque lo que sí que cambia es su forma. Por otro lado, el ritmo metabólico también sufre modificaciones durante esta fase: además del genotipo materno también comienza a actuar el paterno, es decir, actúa ya el genoma del zigoto. Se empiezan a sintetizar tipos de proteínas que antes no había, y además aumenta el consumo de oxígeno. Lo más significativo de todo este proceso es el aumento en los movimientos celulares, que se llaman movimientos morfogenéticos y tienen lugar tanto en la gastrulación como en la posterior organogénesis o formación de órganos.
Los movimientos morfogenéticos pueden ser de varios tipos:
– Epibolia: extensión de una lámina de células, que se aplanan y extienden según su eje apico-basal.
– Intercalación: extensión de células que en la que están implicadas dos láminas diferentes, ya que algunas células pierden sus conexiones con las células adyacentes y se intercalan con las de otra lámina.
– Extensión convergente: extensión en la que están implicadas varias láminas de células que convergen hacia un punto. Como resultado se obtienen menos capas de células pero estas están más extendidas y con células intercaladas.
– Invaginación: células que se hunden hacia el interior del plano donde se situaba la lámina en la que se encuentran.
– Evaginación: es igual que la invaginación pero las células se desplazan hacia fuera.
– Ingresión: células aisladas que se desprenden de una lámina.
– Delaminación: se desprenden grupos de células.
– Involución: es como la invaginación, pero las células que se hunden después se van a mover paralelas a la lámina de células.
Existen otros movimientos que no están tan caracterizados:
– La invaginación se acaba separando de la lámina de células y se cierra formando un tubo.
– Otras veces la invaginación sucede solo en un punto, y como resultado se desprende una vesícula hueca.
– A partir de una lámina se forma un agrupamiento de células que se separan de la lámina original, que posteriormente se cavita. El resultado también es un tubo.
– Las células pueden moverse individualmente por movimientos ameboides.
– Una lámina de células se divide en dos, y de estas cada una se va hacia un lado, o bien una hacia arriba y otra hacia abajo.