Inteligencia humana
La inteligencia no es el simple conocimiento de datos y situaciones. Es la capacidad para razonar, comprender ideas complejas, pensar de forma abstracta y aprender de la repetición e incorporar las experiencias. La capacidad intelectual del ser humano moderno está fuera de toda duda. El desarrollo cognitivo de la especie la ha llevado hasta las más altas cotas de dominio ecológico que se han visto en el planeta. De hecho, muchas veces se afirma que el ser humano es la única especie inteligente del planeta. Factores como el lenguaje abstracto o la modelación del ambiente son algunas de las características que en teoría son un indicativo de inteligencia. El ser humano actual, la especie a la que denominamos Homo sapiens, apareció en África hace entre 350.000 y 260.000 años. Desde entonces si bien ha evolucionado podemos decir que la especie es fundamentalmente la misma.
El Homo sapiens es uno de los simios con la mayor capacidad craneal. Con entre 1.200 y 1.850 centímetros cúbicos tan solo sus parientes más cercanos como el Neanderthal rivalizan en capacidad. Los gorilas, chimpancés y orangutanes cuentan con entre un quinto y un medio del volumen del cerebro. En relación en relación al cuerpo, el cerebro humano es 7,8 veces más grande que la media en mamíferos. Además, el cerebro humano ha desarrollado sus lóbulos frontales, situados en la frente que no tienen los neanderthales y que se han relacionado con el lenguaje, la organización, la concentración, las capacidades sociales y las capacidades conductuales. Sin duda la alteración del hueso esfenoides que permitió un mayor número de sonidos porparte de la garganta humana, ayudaron a seguir empujando la inteligencia del lóbulo frontal hacia la creación de un lenguaje complejo.
Sin embargo, muchas veces nos preguntamos si la inteligencia del hombre actual es superior o no a la de aquel primitivo Homo sapiens que apenas había abandonado los árboles. Si bien es cierto que en la actualidad se estimula la capacidad intelectual para recordar datos y eventos, como las tablas de multiplicar o leer y escribir hay que recordad que el Homo sapiens siempre ha tenido la capacidad de aprender todas esas cosas. La diferencia fundamental estriba en que aquellos primeros humanos todavía tenían que desarrollar un lenguaje para entender el mundo que les rodeaba. Posiblemente las diversas poblaciones humanas inventaron un sin fin de lenguas y conocimientos que se han perdido y de los que solo quedan las pocas impresiones en piedra y utensilios que han sobrevivido hasta nuestros tiempo. Estas muestras artísticas e inteligentes son de hace tan solo 75.000 años, lo que da una muestra de lo que tardaron en desarrollar unas competencias suficientes para plasmar su inteligencia.
En ese aspecto hay que reconocer que la inteligencia de los humanos actuales no es mayor sino que está más ejercitada y desarrollada. Está demostrado que los factores ambientales son importantísimos para el desarrollo intelectual sobre todo durante las fases infantiles. Crear hábitos de, no solo estudio, sino de concentración, organización o dieta se ha visto que influyen en la capacidad de aprender.
A día de hoy la inteligencia se potencia y desarrolla en todas las sociedades pues la historia ha demostrado la gran ventaja que supone la inteligencia frente a la ignorancia. Gracias a ramas del conocimiento como la pedagogía hemos aprendido las mejores maneras de potenciar la inteligencia para alcanzar las cotas que a nuestros antepasados les costó casi 200.000 años en lo que ahora dedicamos a la infancia.