Experimento demuestra la evolución
La diferencia entre una hipótesis y una teoría es que la hipótesis no ha podido ser demostrada científicamente, sea verdad o no. Aunque es relativamente sencillo probar la falsedad de una hipótesis es mucho más complicado demostrar su corrección dependiendo de la envergadura de la afirmación. La evolución ha sido una hipótesis demostrada en numerosas ocasiones desde muchos puntos de vista científicamente. Aun así todavía existe parte de la población que no cree que sea verdad. Es por ello que cada vez se hacen experimentos más robustos para convencer de forma irrefutable sobre la existencia de este proceso modelador de las especies.
Uno de los ejemplos más importantes para demostrar la existencia del proceso evolutivo en el cual las especies cambian con el tiempo adaptándose a las condiciones ambientales, fue llevado a cabo por el Dr. Lenski durante 25 años (desde 1988 hasta 2012) y fue publicado en la prestigiosa revista Nature. En este trabajo se hacía crecer una especie bacteriana muy común en el laboratorio, y en el intestino humano, Escerichia coli. Para demostrar la evolución, la adaptación de una especie a condiciones distintas, de forma que las adaptaciones se ven reflejadas en cambios en el ADN, se puso en diferentes condiciones bacterias que eran idénticas al empezar el estudio. Durante los 25 años que duró las bacterias tuvieron 50.000 generaciones, por lo que el proceso evolutivo pudo verse, en contraposición a lo difícil que es ver las diferencias entre dos humanos alejados 50.000 generaciones por ejemplo.
En el estudio se observó que allá por la generación 31.000 una de las poblaciones que había sido expuesta a condiciones ambientales diferentes, en este caso la presencia de citrato en el medio en condiciones aeróbicas, mutó para poder hacer uso de este recurso. Hay que decir que E. coli es capaz de usar el citrato como sustrato metabólico pero solo en condiciones de anaerobia, por lo que la capacidad de poder usarlo en otras condiciones es una clara muestra de adaptación al medio que repercute en el genoma del ser vivo.
Para llevar a cabo este experimento se partió de una población clónica de bacterias y se puso en 12 matraces diferentes, cada uno con unas condiciones distintas. Cada 1-2 días se cambiaba el medio de cultivo, ya agotado, para que las bacterias pudieran seguir creciendo y eliminando las bacterias muertas. Tras cada paso a un recipiente nuevo se conservaban muestras para su análisis genético para observar los posibles cambios genéticos.
Esta nueva habilidad desarrollada no ha aparecido de la nada. Como ya hemos comentado E. coli es capaz de hacer uso del citrato en determinadas condiciones. Esto demuestra que la evolución es un proceso lento en el que el genoma, los genes, son alterados lentamente hasta conseguir una mutación beneficiosa a costa de sufrir y descartar muchas mutaciones deletéreas. Gracias a que durante el experimento se fueron guardando muestras de cada generación el estudio de su genoma revelará como se llevó a cabo este cambio progresivo en la adaptación al entorno y su posterior evolución.
En palabras del propio Lenski con este experimento se demuestra cómo puede surgir el cuerno de un unicornio.