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Los oasis, ¡agua dentro del desierto!

Publicado por Ramón Contreras

Dentro de los ecosistemas desérticos existen pequeños lugares donde el acceso al agua es posible. Muchas veces hablamos de los animales que viven el desierto, de lo bien adaptados que están a las condiciones extremas de altas temperaturas y baja humedad, o cómo consiguen sobrevivir a esas condiciones con adaptaciones como la joroba del camello donde almacenan agua. Y es que el agua es fundamental para la vida y por eso la vida en el desierto es tan alucinante como complicada. Sin embargo, dentro del ecosistema de desierto se encuentran pequeñas joyas, lugares donde el agua brota del suelo y donde humanos y animales se han reunido para reponer fuerzas y llenar las cantimploras durante siglos, estamos hablando de los oasis.

Vista del oasis de Huacachina en Perú

Tras una dura jornada en el calor acuciante del desierto, donde puede no llover durante meses enteros, muchos de los habitantes del desierto necesitan reponer sus reservas de agua. En estos enclaves el gua facilita la vida vegetal, por lo que es frecuente que se encuentren plantas y algún árbol. En los oasis africanos las palmeras son muy típicas y los dátiles el fruto más apreciado de muchos oasis hasta el punto que se han convertido en una fuente importante de la economía del país. Pero no solo en África encontramos oasis. Para que se dé este tipo de ecosistema en miniatura hay que tener dos características, la primera de ellas obviamente es un desierto y la segunda una fuente de agua. Estas dos condiciones se dan en Argelia, Marruecos y Egipto, donde la industria cinematográfica no se ha cansado de enseñárnoslos. Pero también encontramos oasis en América, en las zonas desérticas de Perú o Chile.

Aunque muchas veces nos imaginamos a los oasis como un pequeño lago o casi una charca rodeada de palmeras. De la misma manera nos solemos a imaginar los desiertos como mares de arena. Ninguna de las dos ideas es siempre correcta. La verdad es que los oasis pueden tener una extensión mucho más grande y dar agua incluso a pueblos enteros. Dentro de los oasis fríos del alto Atlas, el mayor oasis del mundo es en realidad un conjunto de oasis que se encuentran juntos en Marruecos, en la región de Tafilalet en los valles formados por los wadis (antiguos ríos) Ziz y Ghéris.

Pero si hablamos de oasis americanos hay que hablar de la laguna de Huacachina. Este oasis se encuentra dentro del desierto costero del Pacífico en Perú, cerca de la ciudad de Ica. Este oasis se forma por la surgencia de agua subterránea sulfurosa. Esto hace que el agua tenga un increíble color verde. La vegetación que rodea la laguna en la actualidad es tristemente introducida, palmeras y eucaliptos, pero también cuenta con una especie de algarrobo pálido o haurango propio de la región. Este oasis es parada indispensable para todos los animales que cruzan la franja desértica y es uno de los atractivos turísticos más bellos de la región.

Finalmente en Chile encontramos el oasis o bosque de Fray Jorge, junto al desierto más árido del mundo, el de Atacama. Este reducto de vegetación, convertido en parque nacional por su exclusividad y su belleza, no se forma por una surgencia de agua. Las condiciones climáticas hacen que se concentre la humedad costera (camanchaca) permitiendo un bosque húmedo austral, relicto de un tiempo pasado que ha conseguido sobrevivir.