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Biomas: Antártida

Publicado por Ramón Contreras

Entre los biomas del planeta Tierra uno de los más olvidados sea el bioma antártico. Denominado así por ser el típico del continente antártico, en el polo sur del planeta. Todo el continente es considerado como una reserva natural y gracias al Tratado Antártico ningún país puede reclamar la soberanía de la Antártida. Tan solo Argentina tiene parte del continente, que se encuentra dentro de la administración del Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Las condiciones únicas del continente hacen que sea uno de los lugares con más bases científicas. Los biomas son un tipo de estructuras ecológicas de gran tamaño en las que se divide el planeta. Se diferencian en su composición climática y geológica y en consecuencia presentan fauna y flora diferente. Puedes leer más sobre qué es un bioma en el artículo que le dedicamos aquí (próximamente). El Tratado de la Antártida prohíbe la exportación de especies animales o vegetales del contienente.

En la Antártida encontramos dos biomas, el marino y el terrestre. El marino es extremadamente rico y poco conocido. Esto es debido a que en el polo Sur confluyen tres océanos que bañan el continente: el Índico, el Atlántico y el Pacífico.

Climatología: La Antártida está situada en el polo Sur. La temperatura más baja del planeta se ha descrito allí, -88,3ºC. La Antártida es un continente helado, casi circular con una cordillera montañosa con una altura máxima de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Debido a la proximidad del océano en las islas que rodean al continente y en la costa las temperaturas no son tan severas como en el interior del continente. Los vientos son muy fuertes y de dirección muy variable llegando a los 200 km por hora en valles. Estos vientos crean tormentas blancas que impiden la respiración o la visión. Las precipitaciones son escasas y el agua no está disponible para los vegetales, pues está en forma de hielo.

Además de estas condiciones extremas, la Antártida también es conocida por sus largos periodos de luz y oscuridad. Durante el verano austral, el sol no se pone durante varios meses, mientras que en el invierno, la oscuridad se mantiene durante la mayor parte del día. Este fenómeno, conocido como el sol de medianoche y la noche polar, respectivamente, tiene un impacto significativo en los patrones de vida de la fauna y la flora de la Antártida.

Flora: tal vez parezca que con la escasez de agua, unas pocas horas de luz al año y un suelo congelado la fauna seria nula, pero existen unas 325 especies propias del continente que sobreviven en este ambiente tan hostil. No hay árboles, ni plantas, pero si encontramos líquenes, algas dulceacuícolas y terrestres, musgos y tan solo 3 especies de plantas fanerógamas (plantas vasculares). Además se encuentran hongos basidiomicetos y levaduras, unas 75 especies.

La adaptación de estas especies a las condiciones extremas de la Antártida es fascinante. Por ejemplo, los líquenes pueden sobrevivir en rocas desnudas y pueden resistir la desecación y las bajas temperaturas. Los musgos, por otro lado, pueden sobrevivir en áreas húmedas y protegidas, y pueden crecer incluso en la oscuridad durante el invierno.

Fauna: la fauna, como la flora, se caracteriza por tener pocas especies, pero con un gran número de individuos de cada una. Las especies marinas son la mayoría exclusivas de este bioma, debido a la gran adaptación de las especies para vivir en aguas tan frías. Encontramos crustáceos, moluscos, equinodermos y peces (estos últimos son los vertebrados más diversos en la Antártida). En muchas ocasiones de un tamaño mayor que sus primos de aguas más templadas. Además encontramos aves y mamíferos. Todos ellos están muy asociados al agua. Ejemplos de ellos son los pingüinos o las focas. Muchas especies de aves son pescadoras, y se pueden encontrar especies voladoras como albatros o cormoranes. En la Antártida encontramos además un ecosistema adecuado para los cetáceos, ballenas y delfines, con unas 15 especies entre ambos grupos.

La fauna de la Antártida también incluye una variedad de invertebrados terrestres, como ácaros y colémbolos, que han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en este ambiente extremo. A pesar de las duras condiciones, la Antártida es un bioma lleno de vida y diversidad, un verdadero testimonio de la resistencia y adaptabilidad de la vida en nuestro planeta.