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Funciones de los tricomas glandulares

Publicado por Ramón Contreras

Los tricomas son células o grupos de ellas que se encuentran en la dermis de las hojas, raíces, semillas y otros tejidos con superficies exteriores en las plantas. Sus funciones, muchas veces relacionada con su morfología es muy variada. De hecho, la morfología de los tricomas se usa para diferenciar especies de plantas estrechamente relacionadas. Puedes leer más sobre los tricomas en general en su artículo aquí y sobre la morfología de los tricomas y su importancia aquí. Dependiendo en parte de su estructura y morfología realizarán unas funciones u otras. En general pueden dividirse sus tricomas según si son glandulares o no glandulares. De estos últimos ya hemos hablado en su propio artículo aquí (próximamente).

Los tricomas glandulares tienen funciones relacionadas con los componentes que acumulan y secretan. Estas sustancias pueden ser tóxicas o desagradables para sus depredadores para evitar que se coman las hojas o siquiera que las toquen, como el caso de las ortigas. Los tricomas de este tipo que se encuentran en pétalos pueden contener sustancias viscosas que provoquen que los insectos polinizadores caigan hacia los reservorios de polen.

La cutícula de los tricomas glandulares (ya sean unicelulares o pluricelulares) es especial, pues tiene que permitir la salida de estas sustancias al exterior. También por eso la pared vegetal de estas células es diferente al del resto de la dermis. La cutícula tiene una alta concentración de pectina que permite que se pierda puesto que interacciona muy débilmente con la pared celular del tricoma. Tras la excreción al exterior debida a la pérdida de la cutícula pueden pasar dos cosas dependiendo de las características concretas de ese tipo de tricoma de esa especie vegetal. O bien el tricoma degenera y se desprenderá, y ya se formará uno nuevo en la dermis celular, o bien volverá a sintetizar la cutícula y luego volverá a llenarse del líquido que tiene que liberarse antes de poder volver a funcionar. Cannabis sativa contiene tetrahidrocannabinol en los tricomas globosos de sus hojas. Este compuesto alucinógeno es el principio activo de la marihuana. En la naturaleza los secretan para provocar desconcierto y problemas nerviosos a los posibles depredadores cuando son mordidas.

Otro caso son los tricomas urticantes. Estos tendrán una punta de silicato que se clavara en los depredadores. Al contacto estas microscópicas agujas se clavan en la piel (o en la boca) de los depredadores e inyecta una toxina que se almacenaba en la vacuola de la célula. El cuerpo celular de estos tricomas está por debajo de la epidermis en los géneros en Dalechampia y Tragia tan solo. Este tipo de tricomas son típicos de un pequeño grupo de dicotiledóneas formado por 4 géneros: Urticaceae, Euphorbiaceae, Loasaceae, Hydrophyllaceae. La toxina es una mezcla de ácido fórmico, con histamina y acetilcolina principalmente.

Otros tricomas, como es el caso de Medicago scutellata tiene unos tricomas que secretan una sustancia grasa y pegajosa en la que las larvas de insectos se quedan inmovilizados. Estos tricomas vierten su contenido al contacto con las larvas.

Los tricomas pueden tener funciones muy diversas dependiendo de lo que acumulen y si lo van a expulsar o no. Los tricomas de las plantas coleus (una planta de interior con hojas de colores rojizos o púrpuras) acumularán pigmentos que no serán expulsados.