Gusanos de seda y arañas genéticamente modificados para chalecos antibalas
El uso de animales y plantas transgénicos ha traído mucha polémica en su uso alimentario. Sin embargo, existen muchas otras áreas de interés humano en el que el uso de seres vivos modificados genéticamente puede ser y es de gran ayuda para el progreso industrial y social.
A mediados de mayo de 2016 unos laboratorios privados han lanzado la noticia de que van a empezar a trabajar con gusanos de seda modificados en la ruta de formación de la seda. Este tejido es uno de los más apreciados en diversas áreas industriales, tales como la medicina o la fabricación de chalecos antibalas. La idea llevada a cabo por los especialistas en biotecnología de los laboratorios Kraig de EE. UU. es conseguir unas fibras de seda muy resistentes, más que la fibra convencional. Para ello han modificado diversos genes propios de la ruta metabólica del gusano de seda para que las proteínas que forman la seda sea más duradera y resistente.
Desde que empezó a usarse la seda su cotización siempre ha sido elevada, debido a la gran calidad del tejido y su especial resistencia. Pero como todo, es mejorable. Las nuevas industrias que utilizan este compuesto es normal que quieran mejorar un tejido de origen animal y la tecnología genética es uno de los mejores sistemas para hacerlo. Los gusanos de seda no son los primeros seres vivos mejorados para el interés industrial. Algunos vegetales, como por ejemplo muchas plantas ornamentales han sido alteradas genéticamente para obtener cultivos especialmente interesantes, en el caso de las flores conseguir nuevos colores o formas y tamaños de la planta o las hojas.
Volviendo al avance en los gusanos de seda, los laboratorios han revelado poco sobre la ingeniería genética utilizada en su fabricación. No obstante, si han declarado que el proceso de introducción de estos genes en los gusanos les ha llevado más de 1 año de preparación. Los laboratorios Kraig afirman que podrán lanzar al mercado unas nuevas fibras de unas características técnicas sin precedentes. Con este avance la compañía americana que ya era conocida por su Dragon Silk (TM), creada en 2015. Con ingeniería genética recombinante consiguieron arañas modificadas para obtener fibras de tela de araña más resistentes (alrededor de un 37%), otro de los materiales que se pueden emplear en la fabricación de chalecos antibalas.
Ambas especies modificadas han sido patentadas por la compañía de tal forma que sus modificaciones queden a salvo de la copia por parte de competidores del sector biotecnológica. Este procedimiento es uno de los puntos calientes de la discusión sobre transgénicos, puesto que permite el patentado de especies de seres vivos, aunque en este caso sean poblaciones alteradas de forma única. Los laboratorios Kraig han extendido hasta a 10 países las patentes sobre sus dos productos estrella, principalmente países productores de seda y países consumidores de ella.
Desde la dirección de la empresa, líder en modificaciones de este tipo, están convencidos de que la innovación debe ser constante y anuncian que siguen trabajando en mejorar los tejidos que saldrán al mercado en breve.