Argentina prohíbe el uso de 2,4D, la fitohormona sintética y principal herbicida mundial
Argentina dice adiós al uso del Ácido 2,4-diclorofenoxiacético, más conocido como 2,4 D o 2,4 Dester, ya sea como éster butílico o isobutílico. Este compuesto usado para la lucha agrícola contra las malas hierbas queda así relegada fuera del campo argentino para siempre y su uso podrá ser sancionado con severas penas. La resolución que prohíbe su uso por ley se publicó en 2019 pero no ha sido hasta este pasado julio cuando ha entrado plenamente en función. Además, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), máximo responsable del control fitosanitario del país gaucho prohíbe su importación y elaboración para evitar posibles deslices en cuanto a su uso. Las resoluciones 466/2019 y 875/2019 que lo explican en detalle están al alcance todos los usuarios que quieran saber más sobre el tema.
El 2,4D es un compuesto químico usado como compuesto activo de más de 1.500 herbicidas por lo que es extremadamente común (es el más común en todo el mundo, pero ya no lo verá en el campo argentino). Interfiere en la ruta de las auxinas, lee más de ellas aquí. Se emplea para matar las malas hierbas en bordes de carreteras y vías de tren, praderas y zonas de cultivo de trigo, maíz, arroz y otros cereales. Las plantas objetivo del 2,4D son plantas herbáceas y de porte arbustivo de hoja ancha, dicotiledóneas.
Además, es importante destacar que el 2,4D ha sido un componente crucial en la lucha contra las malezas que amenazan la producción agrícola. Una de las malezas que elimina es el yuyo colorado, ya resistente al glifosato, el otro gran herbicida, y que empezaba a mostrar cierta resistencia al 2,4D.
A parte de la capacidad selectiva del 2,4D la otra gran ventaja es que es muy barato y fácil de sintetizar. Sin embargo, gracias a la ciencia moderna existen nuevos productos mejores en cuanto a selección de plantas a las que afecta, cantidad necesaria para matar las malezas y toxicidad en humanos (que no es poca en el 2,4D). Esta fitohormona fue creada por un grupo de investigación agrícola inglés durante la II guerra mundial para mejorar los rendimientos de los campos británicos en ese momento faltos de mano de obra puesto que los trabajadores estaban en el frente. Desde entonces se popularizó por su efectividad y precio.
Pero, ¿porqué el SENASA prohíbe su uso? La medida se toma en primer lugar porque hay tecnologías más modernas y con mejores prestaciones. Pero en segundo lugar se arguyen razones de salud ambiental. La alta volatilidad de estos compuestos hace que zonas no tratadas pero aledañas a áreas donde se emplea hayan visto afectada su biodiversidad, tanto en cultivos agrícolas como forestales. Por otra parte, el 2,4D es tóxico para el ser humano, como casi todos los herbicidas. Sin embargo, en este caso la dosis establecida por la autoridad sanitaria estadounidense en 2006 era de 640 mg por kg en humanos. Lo que hace que sea realmente una gran cantidad la que se ha de tomar para presentar un problema grave para la salud.
Cabe decir que las versiones salinas del 2,4D, las que no son éster butílico o isobutílico, se podrán seguir empleando y comercializando gracias a que no tienen tanta volatilidad como las anteriores que se aplicaban en aerosol. A estas versiones no existen restricciones de uso y aunque los agricultores muchas veces piensan que no son tan efectivas como la versión líquida no existe evidencia de esta disminución de la efectividad.
Es importante tener en cuenta que la decisión de prohibir el uso de 2,4D no ha sido tomada a la ligera. El SENASA ha considerado cuidadosamente el impacto que esto podría tener en la industria agrícola y ha concluido que los beneficios para la salud humana y el medio ambiente superan los posibles inconvenientes. Además, la prohibición de 2,4D no significa que los agricultores se queden sin opciones para controlar las malezas. Existen numerosos otros herbicidas y métodos de control de malezas disponibles que son más seguros y menos dañinos para el medio ambiente.
En este sentido, la prohibición del 2,4D es un paso positivo hacia una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Es un recordatorio de que la salud y la seguridad de las personas y del planeta son más importantes que la conveniencia y el costo. ¿Qué opinas, la medida es acertada o no? Deja el comentario abajo y seguimos hablando de ello.