El bioterrorismo
Los norteamericanos buscan auxilio llenando los consultorios de sicólogos y agotando los stocks de máscaras y antibióticos para protegerse de un enemigo invisible: el bioterrorismo. ¿Lo que el país más desarrollado sabe sobre el tratamiento de las enfermedades causadas por esos virus o bacterias?
La respuesta sorprende: muy poco, admiten los científicos norte americanos. Hoy, nombres como ántrax, botulismo, toxina t-2 o viruela causan pánico entre los norteamericanos y festejo entre los terroristas. Es la gran arma del terrorismo. La más temida del mundo, definen médicos y científicos de las principales universidades norte americanas. Los americanos viven un momento de reflexión. Quieren venganza, tienen odio, pero, principalmente, quieren, de vuelta, la vida.
El alerta sobre el uso de armas biológicas se dio durante una reunión de los países de la OTAN- Organización del Tratado del Atlántico Norte, en Bruselas: «Tenemos que comenzar a pensar lo impensable», declaró el secretario general de la OTAN, George Robertson, sobre el uso de armas biológicas por los terroristas.
Un arma invisible, sin olor y que provoca síntomas desconocidos por la mayoría de los médicos es la gran preocupación del gobierno norte americano tanto en los ataques terroristas a los EEUU como durante una guerra en Afganistán. Es el arma biológica, que el Centro para Estudios de Bíodefensa Civil de la Universidad Johns Hopkins, en los Estados Unidos, define como la más temida en una guerra. Estudios de la Universidad Johns Hopkins muestran que los Estados Unidos «no están preparados para enfrentar un ataque con armas biológicas».
Todas las armas biológicas tienen una misma característica. El mayor miedo es que los síntomas iniciales son bien semejantes a la gripe, con irritación en la garganta, tos y catarro, después aparecen las lesiones fatales. La mayoría no tiene tratamiento. El Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos envió un comunicado a todos los laboratorios americanos para avisasen en casos de brotes de gripe. Ejemplos de la cantidad de virus o bacterias necesarios para infectar una población: dos quilos de ántrax, viruela o t-2 pueden contaminar una población de 150 mil a 300 mil personas. Se fuesen 5 millones de personas, son suficientes poco más de 30 quilos del virus de la viruela.
El miedo de la utilización de armas biológicas causó más prejuicios a los EEUU. El gobierno prohibió todos los vuelos de aviones utilizados para pulverizar plantaciones. La causa fue el miedo de que terroristas usasen esas aeronaves para esparcir el virus o bacterias letales en varias regiones norte americanas.
El uso de virus y bacterias para infectar soldados o diezmar poblaciones se está transformando en una pesadilla para los norteamericanos. El riesgo del bioterrorismo ha sido alertado por la Organización Mundial de la Salud, después de los atentados a Nova York y Washington. El Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos envió una determinación a todos los laboratorios para la comunicación inmediata de síntomas de las enfermedades que pueden ser causadas por esas armas biológicas. Stocks de máscaras de protección están agotados en Nova York. Los depósitos de agua también están bajo la guarda de la policía. El bioterrorismo es una técnica que esparce enfermedades todavía desconocidas por la mayoría de los médicos, al transformar genéticamente virus y bacterias en agentes resistentes a cualquier tratamiento.
El método es antiguo, pero sigue siendo un enigma para quién desarrolla diagnósticos y tratamientos.
Son varios los virus y las bacterias que pueden ser desarrolladas en laboratorio para después ser esparcidas por aviones o lanzadas por misiles durante ataques terroristas o durante una guerra. En un simple tubo de ensayo caben millones de esos microbios, que pueden , por ejemplo, ser tirados a un sistema de ventilación de un edificio, contaminando todos sus habitantes.