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El agua en las células y cómo hacemos para no perderla

Publicado por Ramón Contreras

El planeta Tierra es especial en muchos sentidos, la vida que lo puebla es uno de ellos. Pero en realidad la vida y que pudiera surgir en este planeta es solo la consecuencia de varias características únicas de nuestro planeta que están siendo difíciles de encontrar todas juntas en otro. El agua líquida es una de estas características preciadas. De un tiempo a esta parte hemos encontrado agua en la Luna, y en otros planetas cercanos, uno de los problemas con ella es que está en estado sólido. El hielo, como la piedra, no son buenos medios para la vida. Las células (que es el componente mínimo que conocemos en nuestro planeta para la vida) tienen un interior fluido, líquido, y también se han de mover en medios líquidos o gaseosos (por ahora no conocemos ninguna bacteria que sea capaz de desplazarse por la piedra, aunque sí de abrir agujeros en ella para poder pasar).

La pared vegetal impide la entrada de agua excesiva y además da forma al organismo

El agua líquida es fundamental para la vida. Pero además existe otro factor, la concentración de solutos en ella. En principio, las células que viven en el agua tienen una concentración mayor que la del medio que los rodea. La célula funciona como un vaso comunicante con el medio exterior, tienden a igualar sus concentraciones. Si el medio está más diluido, debería entrar agua en la célula para igualar las concentraciones. Pero como el exterior es mucho más grande que la célula, entraría tanta agua que explotaría. Si para evitar esto en lugar de entrar agua sacase solutos (sustancias en disolución) se quedarían sin nada en su interior. En ambos casos se daría la muerte celular. Mantener el interior celular con la concentración adecuada es un tema complejo conocido como osmosis.

Para evitar la muerte celular por un desequilibrio osmótico, las células tiene varios trucos. El más importante de todos es el mismo que define su forma. La membrana plasmática está compuesta por fosfolípidos. Los lípidos son grasas, y seguro que sabes lo que pasa con el agua y el aceite. Pues exactamente eso es lo que hacen las membranas, repelen el agua, de tal manera que evita el intercambio entre ambos lados. Existen canales por las que algunas moléculas pueden pasar, pero nos dedicaremos a ellas otro día aquí (próximamente).

Algunos seres vivos que no tienen una buena capacidad osmótica usan paredes alrededor de las células para no coger más agua. Delimitando el tamaño de la célula con una vaina dura evitan que se pueda coger más agua. Las plantas y sobre todo los hongos han optado por esa estrategia.

En general, los animales terrestres han optado por una estrategia casi similar a las paredes celulares. La piel, las escamas y las plumas, recubren los cuerpos evitando la perdida de agua (el aire tiene menos agua que el interior y tendería a salir). Capas de células muertas o estructuras inertes recubren las células vivas protegiéndolas.

Por último, algunas bacterias que viven en medios especialmente salinos no tienen problemas con la entrada de agua, sino con la falta de ella. Estos organismos han ideado bombas de extracción de sal (que gastan energía) para poder retener el agua en su interior.