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El sistema muscular del ser humano

Publicado por Pablo Morales

En el estudio de la anatomía del cuerpo humano, se le llama sistema muscular al conjunto de  todos los músculos que lo componen. En total, el número de músculos del cuerpo humano ascendería a 650 aproximadamente.

Existen varios tipos de músculos, a saber:

MUSCULAR1

Músculos esqueléticos o voluntarios. También llamados músculos estriados, por el aspecto que presentan sus células. Estos músculos son los que, asociados con el sistema esquelético, permiten los movimientos voluntarios del cuerpo.

Músculo cardíaco. Se considera que es una clase especial de músculo estriado. Presente las mismas estriaciones que el músculo voluntario, sin embargo, los movimientos cardíacos no son controlados por la voluntad.

Músculos lisos. Son los que se encuentran en vísceras y órganos tales como estómago, intestinos, en la pared de arterias, el iris, etc. Son controlados por el sistema nervioso vegetativo, por lo que los movimientos de estos músculos son involuntarios.

Todos los músculos están formados por células que tienen en su interior miofilamentos gruesos y finos. Los gruesos están compuestos principalmente por una proteína llamada miosina y los miofilamentos finos están compuestos  por actina y también troponina y tropomiosina.  Los filamentos gruesos y los finos se disponen longitudinalmente  y alternadamente en la célula, de modo que los extremos de los filamentos  finos se superponen con los extremos de los filamentos gruesos. En la contracción muscular, los filamentos de actina y miosina se ponen en contacto y se superponen entre sí, acortando de esta manera la longitud del sacrómero (el sarcómero es la unidad funcional del músculo).

Funciones del sistema muscular

El sistema muscular cumple variadas funciones. La más obvia de todas es el permitir los movimientos voluntarios del cuerpo, gracias a la fuerza que ejercen sobre los huesos, a través de los tendones.  Pero los músculos también son importantes para regular la temperatura corporal, por ejemplo.

El mantenimiento del tono muscular (estado de ligera contracción que se da aún cuando el músculo está relajado) libera energía que se disipa parcialmente en forma de calor, contribuyendo a mantener la temperatura del cuerpo en 37°C.  Cuando sentimos frío, una de las primeras reacciones del organismo es comenzar a temblar, para aumentar la temperatura mediante la contracción muscular.

Los músculos también contribuyen a proteger los órganos internos, le dan forma al cuerpo y nos permiten expresarnos con una gran variedad de gestos faciales.

Los músculos  esqueléticos se pueden clasificar de varias maneras distintas, una de ellas es según el movimiento que realizan:

Flexores. Son músculos que hacen que las articulaciones se doblen, disminuyendo el ángulo entre dos huesos. Por ejemplo el bíceps, hace que el codo se doble, acercando los huesos húmero y cúbito.

Extensores. Cumplen la función opuesta de los flexores. Un ejemplo de músculo extensor es el tríceps, que hace que se extienda el codo y se alejen el húmero y el cúbito.

Abductores. Son los que separan las extremidades del tronco, o separan un hueso de una línea imaginaria. Por ejemplo, cuando separamos los dedos de las manos, usamos los músculos abductores de los dedos.

Aductores.  Cumplen la función opuesta a los abductores, acercan las extremidades al tronco.