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Genes y memes

Publicado por Ramón Contreras

Al hablar de información en biología nos encontramos con dos tipos de transmisión posible. La vertical, en la los progenitores pasan información genética a su descendencia y horizontal, que se da entre dos individuos no emparentados.

Los genes se definen en este contexto como la unidad de información básica. Un gen codifica para una proteína que hará una función. El gen se transmite de padres a hijos durante la reproducción o entre individuos no emparentados mediante, por ejemplo, la conjugación en bacterias. Esta información horizontal puede parecernos un hecho poco corriente, pero no es así. Las mitocondrias y los cloroplastos simbiontes de nuestras células han llevado a cabo este tipo de intercambio de información con nosotros, por eso algunas de las proteínas indispensables para el funcionamiento de una mitocondria las codificamos nosotros y no ellas. Otros seres vivos pueden realizar este tipo de transmisión de información, hay virus que se introducen enteros dentro del genoma de una célula, le están dando toda su información a la célula.

También hay cosas muy curiosas e interesantes, por ejemplo un caracol que es capaz de fotosintetizar. Esta babosa Elysia chlorotica, al comer algas puede adquirir sus cloroplastos y emplearlo de forma eficaz para obtener energía. Esto no lo puede hacer cualquier animal, solo uno que ha recibido genes de un cloroplasto en una transferencia horizontal puede ser capaz de una cosa así. Si bien este ejemplo es una cosa puntual, la verdad es que muchas bacterias se aprovechan de este tipo de intercambio para recibir plásmidos u otros trozos de información genética de otras bacterias no emparentadas filogenéticamente.

Elysia chlorotica, la babosa que fotosintetiza, ha recibido información genética de los plastos de las algas que comía.

En organismos superiores, y salvo contadas excepciones como Elysia chlorotica que permiten este tido de intercambios, no existe la versatilidad de las bacterias para poder intercambiar información de esa manera. Por eso se “inventaron” los memes. Aunque ahora la cultura popular llama memes a imágenes archiconocidas, el origen de esta palabra es mucho más antiguo que internet. Richard Dawkins en su libro “el gen egoísta” fue el que se refirió por primera vez a los memes para representar una información que se transmitía de manera horizontal y que no era genética. Se refiere a los memes como una entidad similar a los genes: tiene fidelidad de replicación, la idea se conserva, aunque puede sufrir pequeñas modificaciones, igual que un gen puede mutar. Un meme posee fecundidad, con esto se refiere a la capacidad de extenderse en la población y la otra característica es la longevidad, estas unidades de información tienen una vida, nacen, se extiende su conocimiento por la población y acaban siendo olvidados o pasados a la siguiente generación. Como se ve existen ciertas semejanzas entre un meme o idea y un ser vivo o una enfermedad. Inquietante, ¿no?

Así pues los memes pueden viajar vertical u horizontalmente y son información que la comunidad ha ido recogiendo a lo largo de la historia para el provecho propio. Por favor, que nadie piense que solo los seres humanos tienen memes.

Tenemos el caso de una chimpancé del zoológico de Madrid (España). Fue rescatada de un feriante que la paseaba por la playa para que se hiciese foto con los turistas a cambio de algún dinero. A la pobre criatura le habían arrancado varios dientes para que no mordiese. En el zoo aprendió a frotar la fruta que no podía masticar contra una pared rugosa para hacerla puré que luego se comía. Los otros simios aprendieron. Los más jóvenes y los más viejos utilizan esta técnica para comer algunas veces.

Esta técnica, esta información, este meme, en definitiva, se transmitió a otros miembros de la comunidad y perdurará mientras uno de sus miembros lo posea (como su otra información codificada en sus genes) y se lo transmita a otros.