Las plantas y sus relaciones con el agua
Las plantas absorben agua por la raíz y la pierden por las hojas. Para minimizar la transpiración, se sirven de diversos mecanismos:
Control estomático: los estomas permiten la entrada de CO2 para hacer la fotosíntesis, pero a la vez su apertura ocasiona la pérdida de agua por transpiración, y las plantas tienen que llegar a un equilibrio y conseguir la máxima eficiencia en el uso del agua (WUE por sus siglas en inglés). La WUE es la cantidad de dióxido de carbono que se fija por cantidad de agua perdida. Si los estomas estuvieran abiertos todo el día, la WUE dependería del déficit de presión de vapor de la atmósfera. Si este fuera alto, la transpiración sería mayor. Como a mediodía el déficit de presión de vapor es muy intenso, los estomas se cierran, y las mayores tasas de fotosíntesis se producen a primera hora.
La conductancia estomática mide el grado de apertura del estoma. Las plantas de zonas áridas tienen mecanismos fisiológicos muy elaborados para el control estomático, ya que de ellos depende la pérdida excesiva de agua.

Las plantas que viven en zonas áridas desarrollan estretegias para evitar la excesiva transpiración
A través del metabolismo también se puede controlar el intercambio de agua. Las plantas pueden hacer tres tipos de fotosíntesis: el más habitual es el C3, pero existen dos vías metabólicas adicionales: CAM y C4. En el ciclo C4 se obtienen moléculas de 4 átomos de carbono y estas plantas consiguen mantener concentraciones de CO2 internas más altas. De esta forma se mejora la eficiencia en el uso del agua. Un ejemplo son algunas especies de climas tropicales, generalmente herbáceas como el maíz y la caña de azúcar. Las plantas CAM, a su vez, asimilan el CO2 de día pero la entrada se produce por la noche, de forma que los estomas permanecen cerrados durante las horas en las que se transpiraría más. Es típico de crasuláceas.
Otro mecanismo es adaptar el ciclo de vida. Por ejemplo, en los desiertos muy áridos las únicas plantas que pueden sobrevivir son aquellas que tienen una vida muy corta: terófitos. Las semillas germinan tras un episodio de precipitación. En este momento las condiciones son óptimas para la fotosíntesis y las plantas experimentan un crecimiento muy rápido, en días o semanas florecen y producen semillas que son muy resistentes a la desecación. Esta estrategia es una estrategia evitadota: más que adaptarse al estrés hídrico, lo que hacen es evitarlo.