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Metabolismo de la Vitamina D o cómo hacemos la vitamina Sol

Publicado por Ramón Contreras

Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano que este es incapaz de generar por sí mismo. Aunque se necesitan en cantidades pequeñas, desempeñan un papel crucial en numerosas funciones fisiológicas, como el metabolismo, la función inmunológica y la salud ósea, entre otras. Centrándonos en la vitamina D, esta es una vitamina liposoluble que desempeña un papel fundamental en la absorción de calcio y fósforo en el intestino, así como en la regulación de los niveles de calcio en la sangre.

La vitamina D se puede obtener a través de ciertos alimentos, como pescados grasos (salmón, atún, caballa), hígado, yema de huevo y productos fortificados, como la leche y los cereales. Pero también es la única vitamina que el cuerpo puede sintetizar (en contra de la definición básica del concepto de vitamina). Su peculiaridad es que solo la conseguiremos de forma autógena (producida por e propio cuerpo) si nos ponemos al sol, por eso se incluye, porque en realidad el cuerpo solo no puede sintetizarla. La piel puede sintetizar esta vitamina cuando se expone a los rayos ultravioleta B.

Químicamente, la vitamina D incluye varios compuestos, siendo los más importantes el colecalciferol (vitamina D3) y el ergocalciferol (vitamina D2). Ambos se convierten en formas activas de vitamina D en el cuerpo a través de procesos metabólicos.Tanto el colecalciferol (D3) como el ergocalciferol (D2) pueden seguir las mismas vías metabólicas para convertirse en formas activas de vitamina D en el cuerpo humano. La principal diferencia entre ellos radica en sus fuentes alimentarias y sus formas químicas, pero ambos pueden ser igualmente efectivos para corregir deficiencias de vitamina D.

tomar el sol con moderación nos ayudará a tener vitamina D suficiente.

El metabolismo autógeno de la vitamina D comienza con la exposición de la piel a la luz solar. Cuando los rayos ultravioleta B (UVB) inciden sobre la piel, desencadenan la conversión del 7-dehidrocolesterol, un precursor de la vitamina D, en pre-vitamina D3. Este proceso ocurre en la capa más profunda de la epidermis. La pre-vitamina D3 es una forma inestable y se transforma rápidamente, por acción del calor corporal, en vitamina D3 (colecalciferol). Esta vitamina D3 se libera en la circulación sanguínea ya sea proveniente de este proceso de transformación o bien obtenida en la dieta y se une a una proteína transportadora específica para ser llevada al hígado.

En el hígado, la vitamina D3 es hidroxilada por una enzima llamada 25-hidroxilasa, que convierte la vitamina D3 en 25-hidroxivitamina D3 (calcidiol). Este compuesto es el principal metabolito circulante de la vitamina D y es el que se mide en los análisis sanguíneos para evaluar los niveles de vitamina D en el cuerpo.

La siguiente etapa del metabolismo de la vitamina D ocurre en los riñones. Allí, el calcidiol es sometido a una segunda hidroxilación por una enzima llamada 1-alfa-hidroxilasa, que convierte el calcidiol en 1,25-dihidroxivitamina D3 (calcitriol), que es la forma activa de la vitamina D.

El calcitriol tiene varios efectos biológicos importantes, incluyendo la regulación de la absorción intestinal de calcio y fósforo, así como su movilización desde los huesos. Además, también tiene efectos en el sistema inmunológico y en la diferenciación celular. Esto es crucial para mantener la salud ósea y prevenir enfermedades como el raquitismo en niños y la osteomalacia en adultos.