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Cómo afecta a los seres vivos que el núcleo del planeta haya cambiado su sentido de rotación

Publicado por Ramón Contreras

Ha saltado últimamente la noticia de que el núcleo de la Tierra se ha detenido. Aunque no se ha parado definitivamente, si ha cambiado de dirección de giro. Y eso se cree que tiene ciertas implicaciones para la biología de la superficie planetaria. El núcleo de la tierra es una esfera metálica muy densa de unos 1.200 kilómetros de radio, a su alrededor encontramos una capa semilíquida de roca fundida, el manto, sobre la que se encontrarían varias capas de roca sólida para formar la corteza terrestre. Cada capa debido a su momento angular y su densidad gira a una velocidad diferente que contribuye a las propiedades físicas del planeta. Aunque todas lo hacen más o menos a la misma velocidad, no hacen una rotación al mismo tiempo (por ejemplo, una rotación de la corteza terrestre se da en 24 horas, un día, mientras que el núcleo gira algo más despacio).

Capas principales de la Tierra.

El núcleo, esa esfera metálica, se ha ralentizado en los últimos años. Desde las mediciones de 2009 su velocidad ha bajado. Sin embargo, no es la primera vez que hace esto. En la década de 1970 ya disminuyó su velocidad durante un tiempo, aunque después volvió a coger ritmo. Con estos datos se está trabajando en la hipótesis en la cual el núcleo puede poseer un ciclo de unas 7 décadas. Estamos hablando de desviaciones de milésimas de segundo en la duración de un día respecto a los días de hace 70 años. En aquel entonces el núcleo giraba hacia el este, como la corteza, pero en la actualidad se ha frenado y ha empezado a girar hacia el oeste, en contra de los días.

Pero aparte de que los segundos serán imperceptiblemente más largos, ¿qué se puede esperar de este cambio? La verdad es que ahora mismo todo son hipótesis. Pero podría afectar a dos factores planetarios clave. En primer lugar, el cambio de rotación podría afectar a las mareas y al nivel del mar. No está clara la magnitud del efecto, pero se prevé que la altura de las mareas cambie con este hecho. Por otro lado, un cambio en la rotación se espera que afecte a la corteza, deformándola. Así es probable que tengamos un periodo de terremotos causados por este desacuerdo en el giro entre el núcleo y la corteza terrestre. En segundo lugar, el polo magnético del planeta puede verse afectado por este cambio. Si bien a los seres humanos puede resultar baladí, muchas aves migratorias usan el magnetismo de los polos para orientarse. Son ellas las que podrían tener más problemas derivados del cambio de giro del núcleo terrestre.

Se espera que el núcleo siga girando hacia el oeste durante las próximas décadas y también se especula con que este cambio ya ha pasado y que es posible que no lo hayamos notado. Sin embargo, solo tenemos datos desde 1960, por lo que no sabemos si es un acontecimiento único y excepcional o un ciclo más en la vida de un planeta con más de 1.000 millones de años de antigüedad.