Aspectos positivos de las cianobacterias en ambientes desérticos.
Fertilización del sustrato (suelo) del desierto.
Las costras de cianobacterias son las principales productoras en los ambientes áridos que habitan. La capacidad de estos microorganismos para fijar el nitrógeno y fertilizar los sustratos del desierto que ocupan es importante en los paisajes desérticos pobres en nutrientes. Dado que las plantas vasculares no pueden usar nitrógeno gaseoso atmosférico, dependen de especies bacterianas para fijar nitrógeno gaseoso (N2) en fuentes de nitrógeno biológicas más útiles, como el amoníaco (NH4+). El desarrollo de semillas debajo de la superficie del suelo depende en gran medida de este nitrógeno.
Afortunadamente para las plantas del desierto, las cianobacterias incluyen especies diazotróficas capaces de fijar N2, aunque su capacidad para hacer esto depende del ATP de la fotosíntesis y de compuestos donantes de electrones. Además de la necesidad de luz, las cianobacterias también requieren humedad para fijar el nitrógeno, ya que son metabólicamente inactivas durante los períodos de desecación. Por otro lado, cuando la luz y la humedad están disponibles, la fijación de nitrógeno por cianobacterias se ve afectada por la temperatura, ocurriendo normalmente entre los 5 ° C y los 30 ° C.
También se debe tener en cuenta que las cianobacterias son capaces de solubilizar compuestos de fosfato, lo que aumenta la concentración de fósforo en el suelo y la absorción de fósforo de la planta. Su papel en el aumento de nitrógeno y fósforo en suelos áridos ha atraído la atención de la investigación agrícola, lo que sugiere que las costras de suelo desarrolladas artificialmente podrían inocular el suelo objetivo.
Prevención de la erosión eólica y la pérdida de agua
Las cianobacterias también estabilizan los sustratos del desierto y mejoran la retención de humedad, combatiendo la erosión eólica y la evapotranspiración, respectivamente. La eficiencia de la corteza de cianobacterias intacta para disminuir la erosión por el viento es similar a la de las costras físicas del suelo y el material rocoso. Los polisacáridos extracelulares se combinan con los granos de arena circundantes para formar matrices extensas y resistentes que resisten la erosión. El papel de tales polisacáridos es primordial, como lo demuestra la estabilidad del viento de las costras del suelo matadas químicamente en las que la matriz de polisacáridos queda intacta.
El papel de las costras de cianobacterias en la retención de agua en el suelo árido es complejo. Los ambientes semiáridos de suelo arcilloso tienen una mayor infiltración y retención de agua cuando están presentes costras biológicas del suelo. En estos climas, las cianobacterias evitan el sellado físico de la superficie. En el árido clima desértico, donde los suelos arenosos experimentan naturalmente incluso la infiltración, las costras de cianobacterias parecen disminuir la infiltración y causar escorrentía de manera muy similar a la corteza física del suelo. Esta escorrentía, a su vez, provoca la redistribución de los recursos hídricos, impartiendo diversidad a los sistemas de suelo dentro del ecosistema del desierto. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que las cianobacterias previamente desecadas absorben una gran cantidad de agua antes de la saturación antes de facilitar la escorrentía.