Arqueobacterias
Dentro de las arqueobacterias nos encontramos con dos reinos: Euriotas y Crenotas. Los euriotas están adaptados a diferentes metabolismos y ecosistemas, y son más evolucionados. Comprenden las metanobacterias, los halófitos extremos, Termoplasma y Thermococcus. Los crenotas son menos evolucionados y todas son hipertermófilas.
Las arqueobacterias son organismos que pueden usar el azufre y crecer a grandes temperaturas. Estas características son muy similares a las que se daban en la sopa primitiva en la que se originaría la vida. Se trata por tanto de organismos poco evolucionados que se sitúan cerca del ancestro común. No tienen núcleo ni ácido murámico en su pared celular. Sus paredes celulares son, de hecho, muy variables, y pueden contener estructuras de tipo proteico, lipoproteico y polisacarídico. Algunas tienen pseudopeptidoglicano: sin ácido murámico y con L-aminoácidos en el puente peptídico. Además, los lípidos se forman con enlaces de tipo éter, los ribosomas son 70S y tienen intrones en el ARN de transferencia. Sus lípidos no tienen ácidos grasos sino cadenas isoprenoides ramificadas. Estas cadenas isoprenoides pueden estar unidas a dos moléculas de glicerol, una en cada extremo. Pueden tener dos tipos de lípidos: glicerol diéter y diglicerol tetraéter. La fluidez, que normalmente se regula por ácidos grasos saturados e insaturados, en este caso se controla por procesos de ciclación, es decir, varía la longitud de las cadenas isoprenoides. Las membranas pueden estar formadas por una bicapa lipídica de glicerol diéter, una monocapa lipídica de diglicerol tetraéter, o bien una mezcla de ambas, que suele ser el caso más frecuente.
Los ribosomas son típicamente procariotas pero, sin embargo, el resto de características relacionadas con la síntesis de proteínas son más parecidas a los eucariotas. Como ya se ha comentado, tienen intrones en el ARN de transferencia. Además, al igual que los eucariotas, presentan sensibilidad ribosomal a la toxina diftérica y no tienen sensibilidad al cloramfenicol, estreptomicina y kanamicina, características que diferencian a las arqueobacterias de las Eubacterias.
En cuanto a sus características metabólicas, las Arqueobacterias presentan las siguientes peculiaridades:
– No tienen glicólisis. En su lugar, siguen la ruta de Etner Dondorof.
– Tienen ciclo de Krebs.
– DNA circular de pequeño tamaño, cerca de la mitad del de Escherichia coli.
– Genes organizados en operones.
– Las secuencias promotoras, es decir, aquellas que controlan la expresión de un gen, poseen una mezcla de características de bacterias y de eucariotas. Por ejemplo, el sitio de unión a ribosomas es de tipo bacteriano, ya que los ribosomas son 70S, pero la caja Tata se parece más a la de los eucariotas. Esto también es debido a que la ARN polimerasa es más similar a la de eucariotas.