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El esmalte de los dientes, el tejido más duro

Publicado por Ramón Contreras

Cuando hablamos de tejido adamantinado no nos referimos al esqueleto de Wolfverine (hecho de adamantium), estamos hablando de un tejido orgánico que está presente en todos los animales, concretamente en sus dientes, es posible que lo conozcas más como esmalte dental.

El esmalte dental es la capa más externa de los dientes, está en contacto con el alimento en la boca y por debajo se encuentra en contacto con la dentina. En la corona, la parte del diente en la que emerge de la encía el esmalte presenta una capa más fina hasta desaparecer en la encía y entrar en contacto con el cemento. En la cúspide, la parte más alejada de la encía, la capa de esmalte es muyo mayor alcanzando los 3 milímetros de grosos en los dientes posteriores (los molares) y algo menos 2- 2,5 mm en los anteriores incisivos y caninos. El esmalte dental es de color blanco o azulado y es el que otorga la coloración a los dientes. Por debajo de la encía no se encuentra esmalte, es por eso que la retirada de las encías es un problema importante puesto que el esmalte no solo sirve para la masticación sino que impide la infección de bacterias en la dentina.

El esmalte dental es un tejido formado casi exclusivamente por material inorgánico, es el tejido más duro del cuerpo, mucho más que los huesos, debido a que su función en la masticación hace que sea necesaria una gran dureza y resistencia a la tracción mecánica para romper los alimentos.

Está formado por un 90% aproximadamente de hidroxiapatita, una deposición mineral calcificada, principalmente compuesto de fosfato cálcico. La hidroxiapatita también es el componente que da dureza a los huesos, pero en los dientes contiene muchas menos impurezas dándoles una mayor dureza y menor elasticidad. Un 3-4% del esmalte lo forma material orgánico, otros compuestos del esmalte que ayudaron a la sedimentación de los cristales durante su formación por parte de un tipo celular específico, los ameloblastos. La fracción orgánica es principalmente proteínas de tipo estructural con alto contenido en serina, glicina o glutámico, aunque también se puede encontrar hidratos de carbono o lípidos, provenientes de los ameloblastos. Por último, el esmalte contiene una porción de agua, que ronda el 5%, en contrapartida con el 70% de agua que forma el resto de los órganos de los mamíferos de media.

El esmalte está estructurado según la dirección de crecimiento de los ameloblastos que lo forman. Se puede depositar bien formando prismas o varillas con una dirección oblicua a la superficie del diente o bien formando bandas, denominadas de Hunter-Schernger, que alternan bandas de hidroxiapatita más pura, más blanca, con bandas más oscuras, menos puras, que recuerdan al crecimiento en anillos de los árboles y van desde el ameloblasto hacia afuera.

Al ser un tejido tan mineralizado no tiene la capacidad de regenerarse y debido a su función masticadora se va desgastando con el tiempo. En la actualidad existen compuestos resinosos que simulan el esmalte para poner coronas, recientemente se ha empezado a trabajar con esmalte sintetizado de forma artificial pero la dificultad para cortarlo (con láser) y moldearlo hace que sea muy difícil de manejar.