La descomposición de carroña
La carroña, o los restos de animales muertos, es algo que la mayoría de las personas querría evitar: es visualmente desagradable, emite malos olores y puede ser la fuente de numerosos patógenos. Sin embargo, la descomposición de la carroña ofrece una oportunidad única para estudiar cómo los nutrientes circulan a través de un ecosistema. En pocas palabras, comprender la descomposición de la carroña es importante tanto desde una perspectiva básica como desde una perspectiva aplicada. Los experimentos de descomposición (de toda la materia orgánica en general) nos permiten comprender mejor cómo funcionan los ecosistemas para poder gestionar más eficazmente los entornos naturales. También mejora nuestras habilidades para identificar los factores que influyen en las tasas de descomposición y para resolver los misterios forenses que rodean las muertes inexplicables de animales, incluidos los humanos.
La descomposición de la carroña animal se logra principalmente a través de:
Invertebrados
Las moscas y los escarabajos son los principales invertebrados asociados a la descomposición de la carroña. Las moscas tienen una distribución mundial y por lo general, la hembra adulta pone varios cientos de huevos que eclosionan en larvas o gusanos. Muchos escarabajos se alimentan de los restos, algunos son depredadores que se alimentan de huevos y larvas que han colonizado el cadáver, y otros se alimentan de ambos.
Vertebrados
Varios vertebrados grandes eliminarán animales muertos con fines nutricionales. Los perros, gatos, roedores (ratones y ratas), coyotes, zarigüeyas, mapaches, zorrillos y aves (cuervos y buitres) se han reportado comúnmente alimentándose de carroña. Los vertebrados tienden a extraer grandes cantidades de tejido, a digerirlos y luego contribuir al ciclo de los nutrientes a través de sus heces. Junto con grandes cantidades de carne, los vertebrados también pueden comer y/o dispersar otros tejidos (por ejemplo, cartílago, hueso, dientes y cabello) que son difíciles de descomponer para los invertebrados o microbios.
Microbios
Los microbios, como las bacterias y los hongos, influyen en gran medida en el flujo de energía y materia en todo el ecosistema. Las bacterias del cuerpo y el medio ambiente circundante, como las bacterias del suelo, son esenciales para la descomposición de los restos animales en materia orgánica y nutrientes.
Al morir, las enzimas digestivas y otros compuestos producidos por el cuerpo comienzan a alterar y degradar químicamente los restos (autólisis). Las comunidades microbianas, desde la superficie externa y el tracto gastrointestinal, que se mantienen bajo control mientras el animal está vivo, también son libres de iniciar y participar en la descomposición del animal. La putrefacción es la proliferación de bacterias, desde dentro del cuerpo, después de la muerte. Las bacterias utilizan las macromoléculas (p. Ej., Proteínas y carbohidratos) presentes en el tejido animal para crecer y multiplicarse y, al hacerlo, producen subproductos químicos como el amoníaco y el sulfuro de hidrógeno. Este proceso es evidente por el olor putrefacto de estos productos químicos y por la decoloración del cuerpo (azul, negro, amarillo, verde y rojo) a medida que el tejido se degrada. A medida que se consume la carcasa, las bacterias también producen grandes cantidades de gases a través de la fermentación. La fermentación produce sustancias químicas volátiles que atraen a muchos de los invertebrados y vertebrados que ayudan a descomponer los restos.