Descubierta actividad ARN polimerasa inversa en humanos
Una de las ideas que se estudia como parte fundamental de la genética e incluso de la biología es que el amterial genético o hereditario es el ADN. Que con él se generan secuencias de ARN que serán traducidas a proteínas. En la totalidad de los seres vivos esto es así. Casi podría ser un dogma si no fuera porque los virus contienen ARN que son capaces de transcribir a la inversa, es decir transformarlo en ADN. En principio no se observó este fenómeno en ningún ser pluricelular. Aunque las posibilidades de esta técnica hayan hecho avanzar a la ciencia la verdad es que los organismos complejos si tuvieran este mecanismo se llenarían rápidamente de ADN repetido.
Las polimerasas son las enzimas encargadas de leer una secuencia de bases nucleadas (ADN o ARN) y constituir una nueva cadena ya sea de ARN o de proteínas respectivamente. Las polimerasas inversas son las que generan ADN copia (ADNc) que son secuencias de ADN complementarias a las de ARN. Sin embargo, existen mecanismos moleculares, además de no existir polimerasas inversas propias de eucariotas, hay enzimas que se encargan de reconocerlas secuencias de ADN que no son del individuo y cortarlas en trozos pequeñas y marcarlas para su degradación total. Este tipo de mecanismos son una de las defensas que tienen los eucariotas para combatir a los virus, que les inyectan ADN y ARN extraño.
Pero nada es completamente cierto en biología, un estudio reciente publicado en “Science Advances” presenta pruebas que si bien no hay una enzima específica que pueda hacer esto, la enzima encargada de transcribir el ADN en ARN podría ser capaz de copiar ARN en ADN con una eficiencia similar. El ser humano cuenta con 14 polimerasas. El 905 de la transcripción o copia del ADN es llevado a cabo por tan solo 3 de ellas, mientras que las otras realizan labores secundarias o redundantes. Es entre estas últimas que se encuentra la ADN polimerasa theta, en la que han encontrado la capacidad de transcribir ARN a ADN. Esta polimerasa secundaria está evolutivamente relacionada con la polimerasa I (polA), la polimerasa principal de bacterias y que ya se conocía que tenía una pequeña actividad reversa para leer la cadena de ARN y poder corregir cambios que haya introducido.
La posibilidad de que con tan solo ARN podamos reparar el ADN podría ayudar en muchos procesos cancerígenos, mediante la introducción de copias de ARN en células cuyo ADN está dañado. De hecho, esta sería la función natural de la polimerasa tetha, que se llevaría a cabo cuando por la acción de las polimerasas principales se rompiera la cadena de ADN a causa de haber realizado una copia. Este descubrimiento abre algunas puertas a la biotecnología en muchos campos, desde la medicina a la industria. Por ejemplo, se ha observado que mientras que los tejidos sanos apenas sintetizan esta enzima, los tejidos cancerosos presentan una cantidad muy superior a la normal. Una de las aplicaciones más inmediatas de esto sería usar este gen como diana de tratamientos anticancerígenos que impidan que las células dañadas disparen la reparación en base a ARN que puede llevarlas al descontrol celular.