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El sistema reproductor femenino de los vertebrados

Publicado por Victoria González

Los componentes del sistema reproductor son los ovarios, oviductos, útero y cloaca o vagina.

La mayoría de las aves tienen un único ovario

Los mamíferos tienen dos ovarios, excepto los monotremas que tienen solo el izquierdo. La mayoría de aves tienen solo ovario izquierdo, y los reptiles tienen dos ovarios. En el caso de los peces hay más variedad: puede ser un único órgano que hace de ovario y testículo, dos ovarios que se fusionan, solo un ovario, etc. Los ovarios están libres en la cavidad pélvica. Rodeando al ovario se encuentra el epitelio germinal. En algunas especies también se encuentra una capa de tejudo conjuntivo denso, llamada túnica albugínea. Después se encuentra una parte más extensa, llamada corteza, que alberga en su interior a la médula. En la corteza se encuentran las células responsables de la formación de óvulos, que se llaman ovogonias, ovocitos u óvulos, según la especie. En la mayor parte de los casos, estas células germinales están rodeadas de células foliculares, y el conjunto forma el folículo. La proporción entre médula y corteza depende del número de óvulos que produce la especie en cada ciclo reproductor, cuántos más óvulos la corteza será más densa. Además, depende de la estación, y en la época reproductora hay más corteza. Cuando los óvulos van a ser expulsados, se acercan a la pared, se rompe el folículo y el óvulo es expulsado fuera del ovario, quedando libre en la cavidad peritoneal.

Los oviductos también se llaman trompas de Falopio o uterinas, que recogen el óvulo formado, si bien estas no tienen continuación directa con el ovario. El oviducto tiene un extremo libre que se abre en la cavidad peritoneal, con una serie de prolongaciones denominadas fimbrias, que bate para recoger al óvulo.

El otro extremo termina en el útero. Las partes del oviducto son:

– Infundíbulo: parte con el extremo libre.

– Ampolla: en especies con fecundación interna, esta se produce allí.

– Istmo.

– Región intramural: se abre de nuevo en el útero.

En algunas especies, a lo largo del oviducto se ven glándulas asociadas que secretan las envueltas y nutrientes que protegen al óvulo, por ejemplo las glándulas de la cáscara en las aves.

La pared del oviducto tiene tres partes:

– Capa serosa: tejido conjuntivo, y en la parte más exterior epitelio simple plano.

– Capa muscular: en las especies con fecundación interna, produce las contracciones.

– Capa mucosa: se trata de epitelio prismático simple con muchos pliegues, sobre todo en la región de la ampolla. Es la parte más interna de la pared, y sus células epiteliales producen secreciones, necesarias para capacitar a los espermatozoides y nutrir al embrión. Algunas de estas células tienen cilios para batir el medio, y ayudar a que óvulos y espermatozoides lleguen a la ampolla.

El útero suele tener forma de pera, tamaño pequeño y paredes muy gruesas. La parte más ancha, donde se abren los oviductos, es el cuerpo del útero. La parte superior, generalmente abombada, es el fondo, y la parte más estrecha, que continúa con la vagina, es el útero. El cuerpo, a su vez, se divide en capas:

– Capa serosa: de tejido conjuntivo.

– Miometrio: compuesta de tres capas de fibras musculares.

– Endometrio: Tiene una capa que se pierde en la menstruación. Lo forma una capa de epitelio que se invagina formando glándulas y un tejido conjuntivo laxo muy irrigado. En la parte superior del epitelio hay capilares muy ramificados y senos venosos, que provienen de la arteria uterina.

La vagina está formada por epitelio estratificado plano no queratinizado. Es una continuación de la piel que reviste el organismo. También contiene dos capas de tejido conjuntivo que envuelven a otra de tejido muscular.