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Funciones de los filamentos intermedios

Publicado por Ramón Contreras

El citoesqueleto es un orgánulo no membranoso que permite mantener la forma y en muchas ocasiones el desplazamiento de las células. Puedes leer más sobre las funciones del citoesqueleto en el artículo que le dedicamos aquí . El citoesqueleto está constituido principalmente por tres tipos de elementos de origen proteico, filamentos intermedios, filamentos de actina y miosina y microtúbulos. Cada uno de ellos presenta unas características concretas, debidas a las proteínas que lo forman, y están especializados en un conjunto de funciones dentro de las propias del citoesqueleto. Lee más sobre los filamentos de actina aquí (próximamente) y sobre los microtúbulos aquí.

Entre las diferencias entre los filamentos intermedios y los otros componentes del citoesqueleto encontramos que estos últimos son muy estables, sus moléculas no se ensamblan y desensamblan constantemente como ocurre con los otros componentes del citoesqueleto. Además el número de proteínas que constituyen los filamentos intermedios es mucho mayor. Aunque su componente principal son queratinas ácidas y básicas encontramos otra media docena más de proteínas que intervienen en los filamentos intermedios. Lee más sobre su estructura y composición aquí (próximamente).

En este artículo nos centraremos en las funciones a las que están destinados los filamentos intermedios. Como su nombre indica los filamentos intermedios tienen un grosor medio, entre los microtúbulos que son los más gruesos y los filamentos de actina, que son más finos. Su diámetro es de alrededor de 10 nanómetros. Los filamentos intermedios intervienen en varios procesos de ordenación celular en los tejidos y los órganos, por lo que es común que en cultivos in vitro celulares no esté muy desarrollado.

Su función principal es la de dar rigidez a la célula, por lo que no intervienen en el movimiento celular. La membrana plasmática, si no existiesen los filamentos intermedios, adoptaría una forma de esfera debido al líquido celular. Por el contrario las células deben adoptar formas determinadas para llevar a cabo sus funciones. Los filamentos intermedios mantienen la membrana celular estirada e impiden que se deforme ante las presiones exteriores.

Fotografía al microscopio electrónico de filamentos intermedios en un desmosoma.

Fotografía al microscopio electrónico de filamentos intermedios en un desmosoma.

En este aspecto los filamentos intermedios están en contacto con la membrana celular a través de otras proteínas asociadas a ellos. Además establecen contacto a través de la membrana celular con las células vecinas manteniendo una cohesión intracelular en los tejidos a través de los filamentos intermedios. A estas uniones entre las células adyacentes en las que intervienen los filamentos intermedios se las conoce como desmosomas y hemidesmosomas. pueden llegar a ser muy estrechas, hasta el punto de impedir el paso de sustancias a través del espacio intercelular. Como es el caso de los epitelios intestinales, donde para que todas las sustancias entren al cuerpo a través de las células del epitelio éstas están fuertemente unidas a través de desmosomas.

Los filamentos intermedios también se anclan en la envoltura nuclear, para mantener el núcleo celular en una posición determinada respecto a la membrana celular. Algunos tipos celulares están polarizados, como las neuronas o la dermis. En ellas el núcleo no mantiene una posición central, si no que suele están apartado para permitir el transporte más rápido de los neurotransmisores u otras sustancias.

Finalmente los filamentos intermedios también interaccionan con los filamentos de actina o con los microtúbulos a través de proteínas conectoras, mediante estas uniones los filamentos intermedios proporcionan otorgan un marco estructural rígido sobre el que poder desarrollar el movimiento celular.